Silent Hills: Si del Toro no hace el juego, bueno y qué
Menudo fin de semana de desapariciones y porculeo general en twitter. Guillermo del Toro anuncia una cancelación que, la verdad, no le correspondía a él, Norman Reedus se apunta porque oyes, siempre está bien hacer ruido, y la desaparición de P.T. de la Store hace saltar las alarmas de hasta el más tonto.
¿Adios Silent Hills?
Que Konami lleva una racha que la ha llevado a no encontrarse el culo ni con un GPS, es algo que a nadie sorprende a estas alturas del cuento: Ha abandonado licencias, ha dejado marchar a sus artistas, ha olvidado su herencia, se ha peleado con quien es, le guste o no, el alma de la compañía, y ha acabado liándola con una política tan confusa como incomprensible. Si a día de hoy me dijeran que los directivos de Capcom han hipnotizado a los de Konami para que boicoteen a su propia empresa, me lo creería sin problemas.
Pero la verdad, esto es lo de menos. Hoy Mou habla de la desaparición de P.T. con más razón que un santo, y a su lado no puedo menos que pensar en los artículos plañideros que, acompañando las palabras de Guillermo del Toro, han llorado la muerte de ese Silent Hills que iba a ser 'increíble', que iba a juntar a Hideo Kojima y al director de El Laberinto del Fauno en un videojuego que iba a ser...
¿Qué?
¿Qué iba a ser Silent Hills?
Lo pregunto porque a día de hoy lo único que se sabía de Silent Hills era un vídeo de 1 minuto con la aparición de tres nombres, mucha paja mental, entrevistas en las que se hablaba de la posibilidad de un mundo abierto, de un concepto parecido al de las series de televisión, de la posibilidad de un lanzamiento episódico... y ese tráiler de la TGS que hacía alusión al más puro terror japonés que a mí, personalmente, me recordaba a mi más odiado mangaka, Suehiro Maruo.
¿Qué sabíamos de Silent Hill? Tuvimos un estupendo P.T. que se coló, casi sin yo quererlo, en mi lista de los favoritos de los años. Pero aparte de eso... ¿Qué más? Nombre propios, escasez de imágenes y unos planes ambiciosos sin ninguna prueba de lo prometido. Tan ambiciosos que, vistos ahora en perspectiva, resultan contradictorios entre sí. ¿Qué nos estaban vendiendo realmente?
Kojima ha demostrado ser un genio del terror psicológico, un genio tan grande que se las compuso, con ayuda de del Toro y su boca inmensa, para crear todo un universo ficticio en torno a la promesa de Silent Hills. Un universo ficticio que cobró carne en la imaginaciójn de losmás ingenuos,que le atribuyeron todo lo que alguna vez soñaron sin que en realidad se confirmara nada. Un universo soñado tan grande que durante los últimos días redactores de mil y un medios han levantado el puño contra Konami por haber cancelado el que iba a ser el mejor juego de 2016, vaya usted a saber en base a qué premisas o qué datos.
Me ha llamado la atención ver cómo los mismos nombres que acusaban a The Order:1886 por resultar excesivamente cinematográfico han cargado las tintas contra Konami porque perder la colaboración de un director de cine ha supuesto la muerte del proyecto. Me ha llamado la atención ver cómo el hype puede haber hecho perder el norte a más de uno y a más de dos, que no han dudado en lloriquear por la cancelación de...
...¿de qué?
Francamente, me la pela la declaración de Konami acerca de que seguirán desarrollando dentro del marco de Silent Hills como me la pela que Guillermo del Toro haya decidido abandonar definitivamente el mundo de los videojuegos tras el fiasco de inSane y de éste Silent Hills. Me la pela porque lo único que quiero a día de hoy es que Hideo Kojima haga como hizo en su momento Shinji Mikami, abandone la empresa y nos sorprenda en solitario con la ayuda de un partner de algo tan jugoso como el The Evil Within de Mikami con Betehesda. Solo que Mikami es un cachondo en el fondo, y eso se pudo notar en su juego al margen de Capcom. Kojima es mucho más profundo, y espero que eso también se note cuando decida volar en solitario.
Mientras, llorad por Silent Hills aunque nunca fuera nada demasiado concreto. Llorad por la marcha de Guillermo del Toro aunque la experiencia nos demuestra que la cosa tenía pinta de no haber superado el brainstorming. Yo prefiero llorar por P.T. y recordarlo en mis pesadillas mientras sueño con algo más que ideas, con un producto solido en el que Kojima vuelva a ser El Gran Tipo.
¡Nos leemos!
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