Si Valve quiere hacer un mando será por algo

El Steam Controller ha caracterizado y dibujado una vez más a los usuarios de videojuegos de gran parte del mundo, volviendo a echar piedras sobre el tejado de una empresa que emprende un viaje incierto hacia un destino con final menos claro. ¿Qué quiere decir eso? Básicamente que nadie garantiza que lo que tiene entre manos la gente de Valve, con lo que conlleva cambiar un modelo de mando que está sin tocar desde hace tantísimos años, nos vaya a llevar a algo nuevo y mejor. ¿Por qué no?

Si nos paramos a estudiar la evolución del mando en nuestras consolas u ordenadores nos daremos cuenta que los cambios no han sido tan grandes como los que sucedieron, permitidme la obviedad, a lo largo de la década de los ochenta y noventa, en plena evolución del control. La línea ha quedado trazada y resulta complicado ir más allá del campo de la comodidad o la ergonomía: la usabilidad ha quedado demostrada con el presente esquema conocido en nuestros juegos. Una fina línea marcada por la facilidad de uso y por una no menos importante circunstancia: el mando actual es difícil de mejorar, pero eso no ha logrado que algunos géneros sean prácticamente injugables con el presente control, de ahí que las palabras de The Creative Assembly nos deban llevar a una más que evidente reflexión.

Los creadores de la franquicia Total War han hablado del mando en boca de su responsable de la marca, Rob Bartholomew en PC Games N y ha asegurado que con poco más de media o una hora 'podrían conseguir algo en un futurible Total War', y que si se realizan algunas 'concesiones' en el mando, seguramente acabará ofreciendo un control tan óptimo como un juego de estrategia en un '99% de ocasiones'. Todo eso únicamente tocando las funciones básicas del equipo de desarrollo y hablando de un tiempo surrealistamente corto de desarrollo, por lo que no quiero ni pensar qué ocurriría con un poco de mimo detrás de ese mando.

La frontera entre el mando y el binomio de teclado y ratón se ha convertido en uno de los debates más típicos entre jugadores de uno y otro campo, es por eso que delimitar esa frontera con un nuevo pad puede ser un hit para los jugadores de ambas plataformas y, que en caso de funcionar, nos encontraremos con una situación curiosa y similar ala que sucedió en su momento con el mando analógico en Nintendo 64 y la proliferación de mandos de similar índole en Sega Saturn y la primera PlayStation. No querría ni pensar en enfrentarnos a una situación así costando lo que cuestan los mandos en la actualidad, pero estaría atento a cualquier circunstancia.

Deberíamos dejar trabajar a los estudios, y no lanzarnos al foro de opinolatría y todología que suponen las redes sociales o los foros importantes: pocos lo han probado, y de los que hablan, probablemente, nadie le ha puesto un dedo encima. En lugar de ser destructores de creaciones con nuestra opinión deberíamos apostar por la ampliación de nuestras miras por el bien de la industria, o al menos, para no convertir los círculos de opinión en un circo llenos de payasos con muy poca gracia. Paciencia, esperemos, y veremos qué ocurre, pero si Valve se lanza a ese campo, será por algo.