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Salto de fe a la generación multiplataforma PC

Entre leyendas urbanas, ficción y realidad
Por Víctor Junquera

Hay dos formas de entender este gran hobby que son los videojuegos: o te lo tomas como el fútbol, en el que prefieres defender tus colores a muerte, o te lo tomas como el cine o la literatura, en el que lo único que te puede alejar de probar todo lo que salga son los factores tiempo y dinero. Hace años, y tampoco muchos años, esto era como el fútbol; ahora es como cualquier otra forma de ocio con una gran oferta cultural.

 

Puede que no nos demos cuenta, pero la época en la que uno era de SEGA o de Nintendo y la época posterior en la que uno era de PlayStation o de Nintendo 64, no quedan tan lejos como parece, sólo que algunos nombres cambian. Mientras que Nintendo ha seguido su propio camino (y no le va mal) eran Sony y Microsoft las que se pegaban por tener las mejores exclusivas, y esto pasaba hasta prácticamente el año 2007. ¿Qué causó el cambio?

 

En el año 2007 no sólo eran Halo 3 y Uncharted quienes competían cara a cara. Las exclusivas de una consola marcaban mucho la diferencia a tal nivel que muchos parecen no recordar que Call of Duty 2 no salió en PS3, y aunque Sony contaba con un gran catálogo de juegos de second parties, las exclusivas de terceras se iban siempre hacia Xbox 360... Salvo algo llamado Project Assassin.

 

Assassin's Creed, el que posteriormente se convertiría en una de las sagas de mayor éxito de la generación con un quinteto de juegos multiplataforma, era inicialmente Project Assassin, y era un proyecto pensado en exclusiva para Playstation 3.

 

 

Comenzaba como un anuncio en 2005, mientras que Microsoft cargaba sus armas para disparar un The Elder Scrolls IV: Oblivion. Finalmente Assassin's Creed llegó a todas las plataformas, pero lo hacía en el mismo año en que Xbox 360 recibía en exclusiva juegos como Mass Effect, Lost Odyssey, Project Gotham Racing 4Bioshock,... Una época que tardaría muy poco en acabar, con casos como los de los mencionados Bioshock y Oblivion dando el salto a PS3.

 

Ubisoft abrió los ojos del resto de desarrolladoras, aunque desde nuestro punto de vista más bien las cegó, y la época de las exclusivas se tocó a su fin. Con el presupuesto de desarrollo de los juegos siendo cada vez más alto, es normal que las compañías quisieran sacar un mayor beneficio llevando sus creaciones a cuanto más público, mejor.

 

Ahora el hacerse con una consola u otra es más una cuestión de preferencias muy concretas, de si tus amigos tienen una u otra para jugar juntos en línea, de si el precio y las prestaciones se adaptan más a lo que uno quiere, que si el Blu-Ray, que si el mando,... Pero son muy pocas las exclusivas que pueden hacer que alguien se decante por una u otra máquina. La época de Uncharted, Killzone y Gran Turismo contra Gears of War, Halo y Forza Motorsport también ha quedado un poco atrás, y es que a pesar de que son de los mejores exponentes de sus respectivos géneros, la prueba irrefutable es que no son los juegos más vendidos.

 

La intención de Yves Guillemot con todo esto, decía, era tan sencilla como que el jugador tuviese la oportunidad de jugar en cualquier dispositivo, desde donde quisiera. Que pudiese comenzar una partida en casa desde su consola, continuarla en su tablet y terminarla en su ordenador portátil. Falacias. Si el consumidor fuese el objetivo principal, hace mucho tiempo que las compañías hubiesen metido presión para que las plataformas online fuesen más abiertas y que se permitiesen características como el juego cruzado entre plataformas. Pero no, lo importante, cómo no, es sacar tajada.

 

 

Llegamos al día de hoy, y vemos que ese bucle de multiplataformidad lleva repitiéndose desde, efectivamente, el año 2007. ¿Ha terminado Assassin's Creed con la guerra de las consolas? Otro modo de ver las cosas es que Assassin's Creed ha iniciado el asedio de los multiplataformas.

 

El miedo a la guillotina sólo parece haberse superado en un mercado en el que no hay aparente riesgo, en el que innovar no es un pecado, en el que hacer un juego que no venda millones no significa que un estudio se vaya a la quiebra. Los bazares digitales han sabido aprovechar su momento y su lugar, aunque la mayoría de lo que nos ofrecen siguen siendo títulos olvidables.

 

Entre secuelitis, DLC, DRM, contenido bloqueado en el disco, versiones HD a precio de oro, falta de exclusivas, falta de originalidad,... muchos consideran esta como la peor generación que han vivido en la historia de los videojuegos, y salvo en el caso de Nintendo que se forja sus propias exclusivas por fuerza mayor por sus modos de control diferentes, la próxima generación de consolas tiene toda la pinta de ir a repetir los contras de esta.

 

Por mucho que me encante la saga de principio a fin, viendo esto es inevitable pensar: "Gracias, Assassin's Creed, por joder la generación."


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