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Salones recreativos con juegos de smartphone

Una senda un tanto extraña
Por Toni Piedrabuena

Es obvio que el arcade no pasa por su mejor momento, pero tras pasar la tarde en el centro comercial de La Maquinista en Barcelona he podido ver algunas nuevas adquisiciones que me han hecho reflexionar. Dejando de lado algunas máquinas de videojuegos más tradicionales, me ha resultado sorprendente ver la adaptación de algunos éxitos de smartphone y web a los salones recreativos del siglo XXI. Eso me ha sorprendido tanto como su aceptación durante el rato que estuve observando desde un rincón como un voyeur.

 

El primer shock radicó en la propia idea de llevar esas experiencias a máquinas recreativas, pero el concepto redemption de esos muebles (juegos que dan recompensas canjeables por premios en mostrador) invita a los jugadores a adentrarse a la práctica de títulos que, normalmente, ya conocen y dominan de experiencias en otros sistemas. En el caso de La Maquinista, hablamos de Doddle Jump, Ninja Fruit y Bejeweled. La primera cuenta con una palanca y botón de tamaños enormes, con una presentación realmente estupenda: la pantalla está en vertical y vemos toda la acción; la segunda es la acción táctil-frutera-ninja de móviles y tablets llevado a una enorme televisión de 32 pulgadas; la tercera, un multi-mueble para varios jugadores.

 

DOODLE JUMP Arcade

Éxito en web, movimiento en los salones

 

La situación actual del arcade es discutible, y los pocos que aguantan en España están situados en zonas comerciales de grandes dimensiones o lugares de turismo, sacando sus máximos beneficios durante el verano y las visitas de turistas. El hecho de que firmas de éxito saquen versiones recreativas de sus éxitos resulta interesante dada la situación del negocio, pero no quita que esos juegos interesen prácticamente poco a la parroquia que desea un milagro en esa industria con la llegada de nuevos muebles y experiencias lúdicas tan buenas o mejores que las de antaño.

 

Ayer pasaba por una Apple Store y me sorprendía ante la cantidad abrumadora de niños que toqueteaban iPads y juguetitos Apple: ¿es ese el camino del entretenimiento del futuro? No lo sé, pero no cabe ninguna duda que la aparición de esos juegos en salones de ocio y esa aglomeración en las tiendas de la firma de la manzana tienen una mínima relación. Los niños, que han nacido en otro siglo distinto al nuestro, no tienen arraigado un sentimiento romántico por esas salas en las que las partidas a juegos que tienen más años que ellos cuestan un euro: lo que juegan sus colegas está gratis en una sala con gente simpática que te atiende y te ofrece iPads.

 

bejeweled

Una multicabinet sin excesivos alardes

 

Admitámoslo: la presentación de esos salones y sus precios son surrealistas. El GP 500 de Namco, uno de los muebles más clásicos de Barcelona, está la partida a un euro. El problema, claro, es que es una máquina de 1999. OutRun2 SP, uno de los últimos y mejores arcades que ha parido Sega, tiene la pantalla quemada y también cuesta un euro la partida. Nosotros lo justificamos ante lo magno del mueble y su indudable calidad técnica, ¿pero cómo se lo cuentas a un niño o adulto que el nombre de Yu Suzuki le suena a 'quién es ese chino'? La presentación es casi tan lamentable como esos precios, que no invitan a nadie y que no convencen a nadie más que los locos de siempre.

 

Hemos pasado por muchas hipotéticas revoluciones en máquinas recreativas en los últimos años, y todas han terminado siendo auténticos fracasos. Seguro que recordaréis el caso de las Photo Play: algunas empresas decidieron lanzarse a sacar máquinas con funciones táctiles para jugar a juegos de habilidad, puzzle o trivials. El negocio comenzó bien, pero muchas firmas comenzaron a sacar sus propias máquinas, los jugadores dejaron de jugar y acabaron cogiendo polvo en las esquinas de los bares. Algunas llevas sin actualizar desde hace años, y las que dicen tener funciones con la red, rara vez la han tenido alguna vez. Muchas han caído, y seguirán cayendo.

 

Cuestión de épocas, pero no cabe la menor duda que MLG y sus New Park – Golden Park necesitan un lavado de cara. Ese lavado pueden ser esas nuevas máquinas, pero no creo que la cara, al menos en el tradicional concepto de salón recreativo, quede excesivamente limpio... pero algo es algo... ¿No? En realidad no lo sé. En Japón la cosa va relativamente bien y el negocio vive con salud moderada, pero no impide que el nuevo Art of Fighting recientemente lanzado no sea lo que podríamos imaginar:

 

El pachinko daría para un artículo de varios capítulos. Gracias a los amigos de Grunfo por el chivatazo


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