1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS3

Recordando Metal Gear Solid: Peace Walker

Así estoy matando el mono
Por Bruno Louviers

Ya hemos hablado un montón de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, pero la razón es sencillo: hay ganas de echarle el guante. De ahí que servidor haya decidido volver a jugar al último juego de la saga, Metal Gear Solid: Peace Walker, que en su día me encantó pese al control de PSP. Ahora, gracias a su versión de la HD Collection, he podido manejarlo mejor y, joer, qué bien.

 

Soy bastante fan de dos cosas de este juego: su estructura de misiones y el minijuego de gestión de la base. La misiones de Peace Walker estaban pensadas para portátil, esto es, para un viaje en el metro. Son cortas, con objetivos concretos y algo lineales, pero es no no impide que se pueda explorar un mapa o que los enemigos se puedan poner tontos.

 

 

Por esta razón, los jefes están separados, y casi mejor: son quizá lo peor del juego por lo absurdos que son (¿IAs robóticas casi perfectas en 1970? Venga ya, Kojima) y porque nunca se entiende bien lo que hay que hacer. Si a eso se suma el, por entonces, control de pena, pues está claro por qué no gustan. Ahora me han convencido más, claro, pero sigo viéndolo como lo peor del juego.

 

Ir avanzando por las misiones y reclutando soldados (más bien secuestrándolos) me ha divertido más de lo que recordaba. También me ha parecido más sencillo que en otros Metal Gear Solid, pero creo que esto se debe más a que yo ya soy un perro viejo de la saga al hecho de que sea excesivamente fácil. 

 

 

Lo de secuestrar soldados a pie es parte del minijuego de gestión. Todas las misiones las termino pasando al límite de tiempo porque quiero conseguir a los mejores soldados de cada mapa. Parece una tontería, pero el objeto que más uso es el analizador de soldados. Y encima, suele haber prisioneros ocultos con estadísticas geniales, así que más razón para perder el tiempo.

 

Con todos estos soldados, mi base acaba superpoblada rápido, pero bueno: soy una persona que despide fácilmente y que no tiene reparos en emplear casi el mismo tiempo en las misiones que en organizar los soldados entre mis departamentos de defensa, inteligencia, desarrollo y demás. Por si no se entiende, esto es simplemente un elemento de rol: cada soldado es bueno en algo, y si lo pones en el departamento donde es bueno, recibirás mejores armas, bonificaciones, etcétera.

 

 

Me alegra mucho saber que este último aspecto se ha potenciado a lo loco en Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, igual que me alegra saber que uno de los capítulos más ignorados de la saga es tan importante como uno con número, no solo por historia, que aquí se explica lo que pasa con Paz antes de Ground Zeroes, sino también a nivel jugable.

 

De ahí que le esté dedicando este texto: si podéis jugar a Peace Walker, hacedlo. Es una lástima que yo no haya podido jugarlo nunca en cooperativo con más gente, aunque quizá lo intente en mi nueva partida, porque seguro que entonces podré hablar de por qué debería hacerse un Metal Gear Solid cooperativo a lo grande. 


<< Anterior Siguiente >>