Quiero un Pokémon Let’s Go 2 que me lleve a Johto
Como era de esperar, Pokémon Let’s Go ha generado polémica entre puristas y partidarios de los cambios. A principios de mes ya adelanté que me encuentro entre los segundos, especialmente en lo que a mantener el nuevo sistema de caza se refiere. Mantenerlo y complicarlo, claro, dándole la profundidad que necesita para ser desafiante. Hoy voy un poco más allá, y quiero que Let’s Go se convierta en saga.
La idea de tener una serie paralela a la principal no me parece tan descabellada. Si Nintendo alternase los lanzamientos de esta con los de la troncal, tendría más aire para evolucionar la saga madre y, a la vez, contaría con un lugar en el que realizar experimentos que se vendería prácticamente solo; únicamente gracias a su componente nostálgico. Porque aunque fuese por tercera vez, hay mucha gente que volvería a viajar a Johto.
Imaginad una vuelta al mundo de Lugia y Ho-Oh con todo lo aprendido tras Let’s Go Eevee/Pikachu, con todas las mejoras técnicas que ofrece el nuevo apartado visual y con aquellos elementos que quizás se echan de menos en él, como un buen PVP y un magnífico ‘endgame’, que en este caso ya viene de serie y era ni más ni menos que otro mundo que explorar. Lo único que puede pesar aquí es que volveríamos a Kanto tras acabar dehacerlo en 2018, pero este extra sigue sin ser el grueso principal de la experiencia.
Me gustaría ver cómo aplican el nuevo sistema de captura a los tres perros legendarios, Entei, Suicune y Raikou, que en su momento se desplazaban por puntos concretos de Johto y había que perseguirles. También sería un buen momento para desarrollar una continuación, para contar qué ha pasado en las tierras de Chikorita, Cyndanquil y Totodile durante todo este tiempo, y hasta sería conveniente distanciarse de ese contundente sabor a remake que tienen los actuales Let’s Go.
En definitiva, creo que Let’s Go y la serie principal pueden convivir y dialogar ayudándose entre ellas, una siendo la nostalgia, una zona de pruebas, y la segunda siendo el motor que permite que la franquicia alcance nuevas metas, y ahora contaría con más tiempo al alternarse con la primera. Todos ganaríamos, tanto el jugador de siempre como el nostálgico que solo quiere revivir su infancia. Y de eso Nintendo sabe un rato.
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