¿Qué tal está la historia de Titanfall 2?

Después de que todos hayamos caído rendidos ante la calidad del modo campaña de Titanfall 2, no me gustaría dejar de dar importancia a un aspecto que forma parte de ella y del que se habló mucho antes del lanzamiento del juego: la historia. También sobre un aspecto que parecía que iba a tener importancia y en el que se iba a profundizar, como es la relación entre el protagonista y su Titán, capaz de hablar y de comportarse de manera inteligente.

Para ser rápido y sincero, puedo decir directamente que la historia de Titanfall 2 no es demasiado buena, pero también es cierto que no lo necesita en absoluto. De hecho, lo que hace que la campaña del título de Respawn sea tan recomendable no tiene nada que ver con todos estos elementos, sino más bien por su ritmo y la explotación de las mecánicas propias de la obra, junto a distintas sorpresas que evitan que exista algún atisbo de repetitividad. Eso sí, a mí me ha sabido a poco por culpa del propio estudio y de las expectativas generadas antes de su lanzamiento.

Sí que existe esa relación entre piloto y Titán, aunque su evolución no está del todo bien acentuada y la historia termina siendo excesivamente previsible. Tampoco entiendo muy bien la posibilidad de elegir algunas respuestas o preguntas en algunas de las conversaciones que se llevan a cabo durante las fases jugables. Además de que es un poco molesto tener que fijarse en ellas mientras estamos intentando sobrevivir entre plataformas, por ejemplo, no influyen en absoluto en el devenir de la historia y, a veces, incluso, no afectan en nada a la propia conversación. La mayoría de veces, de hecho, podremos elegir dos respuestas, pero cuando escogemos una y escuchamos la respuesta tendremos que seleccionar la otra para agotar las posibilidades. Me parece más bien una feature que mostrar en tráilers y gameplays para generar expectación, más que para mejorar la experiencia en algún sentido.

Tampoco esperaba encontrar una relación entre hombre y máquina similar a la que vemos en la excelente Terminator 2, por ejemplo, pero sí que podría haberse explotado mucho más. Aún así, las fases en las que ambos personajes están juntos dan gusto y el estudio es capaz de contextualizar fases jugables gracias a sus conversaciones o hechos concretos de la historia. Eso, al final, es lo que termina siendo la trama de Titanfall 2: una mera excusa para que disfrutemos de la mejor campaña de un shooter en primera persona vista desde hace muchos años.