Puppeteer vuelve a asombrarnos
Hay algo en Puppeteer que me atrae y me causa buenas vibraciones. Todavía no sé cómo se juega. Eso es algo que Gavin Moore, director de arte del juego, ha prometido explicar pronto. Parece un plataformas, un cuento interactivo o un juego de ingenio y creatividad, o todo a la vez. No lo sé, pero cuando lo vi en la gamescom y ahora en el nuevo tráiler presentado en el Tokyo Game Show enseguida captó mi atención. Un embrujo parecidó al que sentí con el segundo Fable. Me considero un amante de la narrativa, me gusta bastante el cine (no es una de mis pasiones, en cualquier caso), algunas series y ciertos géneros de la literatura. Crecí jugando a las mejores aventuras gráficas y no me avergüenza decir que, en general, prefiero los juegos que cuentan historias. Que las cuentan bien, debo añadir. Lo cierto es que la gran mayoría de historias en los videojuegos son mediocres, existen por motivos comerciales y, claro, los guionistas a los que se las encargan hacen lo que pueden para sacarse de la manga personajes y tramas y buscar una manera elegante de colarlos en un juego.
Puppeteer también tiene historia. Al parecer, narra las aventuras de un chico llamado Kutaro que es convertido en muñeco por el señor de un temible castillo. El terrible tirano devora la cabeza del muchacho, ahora de madera, y arroja el cuerpo. Por suerte, Kutaro encuentra unas tijeras mágicas que le ayudarán a abrirse paso a través de una aventura en busca de su cabeza. Esto, amigos, ya es más de lo que necesito saber sobre la historia de Puppeteer. A veces, una propuesta sencilla, cargada de inocencia y libre de todo tipo de ínfulas dramatúrgicas es recibida con un entusiasmo que ya querrían para sí los Kojima y Karpyshyn (guionista de Mass Effect) de turno.
Estéticamente lo visto en los tráilers es de amor a primera vista. Las animaciones, los increíbles juegos de luz y sombra, los efectos de sonido, la ambientación propia de una sala de teatro impulsada por la voz del narrador y los aplausos efusivos del público... Simplemente la idea de convertir la pantalla de nuestro televisor en el escenario de lo que parece la obra de fin de curso de un colegio, e invitarnos a tomar asiento y reír y emocionarnos como espectadores (a la vez que interactuamos), me parece brillante. Luego, si además está bien ejecutada, la ovación por mi parte está asegurada.
Las referencias estéticas son obvias. Puppeteer grita Tim Burton a pleno pulmón, pero también LittleBigPlanet, especialmente en esos momentos plataformeros que se dejan ver en el tráiler. Aún así, confío en que Puppeteer tendrá personalidad por sí mismo. Todo esto, insisto, sin saber de qué va realmente el juego. La información proporcionada por Sony adelanta la posibilidad de conseguir nuevas cabezas e ir cambiándolas a placer, imagino dependiendo de la habilidad que posean. Las tijeras, como hemos visto, serán un ítem valioso y seguramente nuestro más preciado arma. Todo está en el aire, pero muy mala tiene que ser la jugabilidad para echar al traste la increíble presentación que Sony ha hecho de Puppeteer.
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