Por qué Solaire es fundamental para comprender el simbolismo de Dark Souls

Solaire de Astora es un personaje fundamental dentro de Dark Souls, pero no tanto por su papel en un relato cíclico sobre la vida y la muerte, más bien, por ser faro de luz para los pasos del viajero. Solaire es un personaje shonen, ‘guay’ y cargado de energía. Las primeras veces que nos lo encontramos en Dark Souls lo hacemos con él mirando al sol, ¿pero y las siguientes? A medida que avanzamos por el mundo de juego se va apagando, dudando de su propia existencia y muriendo.

 

Solaire de Astora es la personificación de la luz de este universo lúdico, de la poca que hay en una ficción triste, terrible y angustiosa, llena de momentos fatídicos y de pérdida, de tanta, que también lo perdemos a él. La muerte final de Solaire se produce en Izalith, asesinado por un gusano del caos que, al abatir al guerrero adquiere luz solar en su interior. La luz muere a causa del caos, apagada primero por culpa de la desesperación, por perder su camino.

 

 

Con la muerte del que alaba al sol, se refuerza la gran metáfora del enfrentamiento de la vida contra la muerte con otra, con la derrota del orden frente al caos. El jugador puede salvarle la vida a Solaire, se puede conseguir que sea él quien nos acompañe contra la batalla definitiva contra Gwyn, pero es imposible hacerlo en la primera partida sin recurrir a pistas. Esta jugarreta es intencionada y declarada por Miyazaki, porque no solo muriendo y reviviendo es cómo aprendemos, también viendo morir a otros y reviviendo en un NG+.

 

Lo divertido es que para derrotar al caos, a la oscuridad que mata a Solaire, nosotros mismos tenemos que abrazarla. Esos bichos que matan a Solaire se esconden tras una gran puerta que es imposible abrir si no alcanzamaos el rango 2 del pacto de sirviente del caos que contraemos con la bruja araña Hija del Caos. Pero aquí viene otro giro fantástico del lore de Dark Souls. La dama pálida, como también se llama a esta hermana de Quelaag no es malvada. Tras el desastre de Izalith ella misma se sacrifica para salvar a sus súbditos. Por culpa de eso, está ciega y tiene esa forma.

 

 

Aceptar el pacto del caos que nos concede tiene un símbolismo especial, es algo así como aceptar un caos redentor, como un caos ordenador que abre la puerta a cierta luz. Es por eso precioso que a través de esta acción podamos abrir la puerta que le salva la vida a Solaire de Astora, porque es la puerta que nos permite salvarle la vida a la luz.

 

Todo son ciclos en Dark Souls, todo es vida y muerte y otra vez. Solaire empieza siendo luz pero luego nos lo encontramos deprimido al rescatarlo a través del caos. La Hija del Caos es pura deformidad, heredera del ardiente Izalith, pero en su corazón hay bondad. La profundidad que alcanzan los personajes del juego a través del simbolismo de sus acciones es brillante, pero, por encima de la de todos, siempre destacará la brillante luz de Solaire. El guerrero posee una tan refulgenete que, aunque titile, nunca se apaga del todo.

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