¿Por qué no un manager de fútbol clásico?

El pasado lunes fue 1 de abril, el día de los inocentes en los países de habla anglosajona y, como de costumbre, los jugones tuvieron su ración de bromas. Una de las mejores llegó a cargo de Sports Interactive que anunció un Football Manager ambientado en 1888. La idea me parece tan sumamente buena que sería una pena que cayera en saco roto pero la realidad para los amantes del deporte en esto del videojuego es que, más allá de la realidad de cada temporada, no hay muchas más opciones.

Pensadlo bien. ¿A quién no le gustaría poder fundar el equipo de sus sueños? ¿Eres suizo y quieres levantar el futuro icono de Catalunya? Adelante. ¿Eres catalán y quieres dejar huella en la capital? A por ello. Si los managers de fútbol actuales son apasionantes porque nos permiten dibujar un futuro hipotético en el que todo está por escribir, un título que retrocediera cien años en el tiempo tendría la bondad de permitirnos recordar momentos especiales de la historia del deporte.

El nacimiento de la Copa del Mundo, las primeras Copas de Europa, aquel invento que era la Copa de Ferias, torneos hoy rocambolescos como la Copa Latina, que el Estado se meta de por medio en un fichaje y se lo mande a tu eterno rival, perder a tu plantilla en un accidente aéreo, que Mussolini baje al vestuario y te diga aquello de «ganad o morid». La historia del balompié está inundada de momentos estelares que daría, muy fácilmente, para crear una saga.

Todo ello por no hablar de la cantidad de retos que podrían añadirse a la partida, ya sea emulando gestas de la vida real o rompiendo mitos. Se nos ocurren cientos: ganar dos Mundiales seguidos con el Brasil de Pelé, derrotar al destino con la Holanda de Cruyff, igualar la marca de cinco Copas de Europa seguidas del Madrid. Seguir los hechos que acontecieron en su día puede ser un camino para los jugadores pero tomar la vía propia es otro casi igual de apasionante. Conociendo un poco la historia de este deporte no sería difícil saber qué jugadores seguir de cara al futuro.

El ejemplo que pongo de Football Manager llega a raíz de la inocentada de Sports Interactive pero es más que cierto que se podría extrapolar a cualquier deporte, que tiene en la historia ejemplos a mansalva de gestas épicas y momentos para el recuerdo. 2K ha explorado la idea por encima en su saga NBA y es habitual ver algún que otro juego que tira de jugadores clásicos, ya sea en tenis o golf.

Hacer el juego deportivo definitivo debería ser uno de los retos de todos estos grandes estudios. Porque dentro de un centenar de años posiblemente todavía quede en pie algún abuelo cebolleta que quiera entrenar a la España de 2010 y hacerla campeona del mundo en Sudáfrica. ¿A quién no le pondría la piel de gallina revivir ese momento?