Pokkén Tournament: Lo mejor que le puede pasar a Harada

Pokkén Tournament. Vaya guasa, ¿eh? ¿Cómo no pudo imaginarlo nadie? ¿Qué sentido tenía el nombre Pokkén cuando saltó a la luz hace más de un año? ¿Tan absurda nos parecía la idea de que Harada y compañía (también el Project Soul, también conocido como Project Sakurai) estuviesen al mando de un juego de lucha tradicional protagonizado por Pokémons? Sí, pero quién mejor que él, ¿no? Puedes preferir otros nombres en el género de la lucha japonesa, todos perfectamente comprensibles, pero Harada es garantía de éxito, y con la franquicia en sí, el éxito llegará solo.

Una bendición el estreno en arcades. Mayor bendición cuando se confirme su lanzamiento en WiiU, más obvia que el tomaquet en cualquier bocadillo catalán, pero ningún fighting pasa un mejor beta-test que el que pasa por los salones recreativos de Japón. Y no son pocos los juegos que se han acabado beneficiando de esa tradición antigua como el género mismo: puede que a los fans de la lucha Nintender, acostumbrados a sus porcentajes, sus wombo combos y el meta-juego surrealista os suene a chino el asunto del arcade, pero creedme, Harada sabe lo que hace y en Nintendo conocen de sobra el potencial del título en recreativas.

La mano de Harada me apetece sobremanera con un nuevo videojuego. Hace unas semanas, tras el anuncio de Tekken 7, os expliqué la relativa pereza que me daba pensar en un nuevo Tekken tras tantas entregas y tras lo bien que salió Tekken Tag Tournament 2. Pokkén Tournament es la gran respuesta a mis plegarias, en forma de Pokémon, correcto, pero respuesta al fin y al cabo. ¿Qué puede aportar el creador de Tekken a las batallas single de lucha tradicional con los monstruos de bolsillo? La otra gran pregunta: ¿Qué puede aportar Pikachu y compañía en la lucha tradicional al creador de Tekken? Me muero de ganas de saberlo.

De momento estamos sin fecha más allá de su estreno en el próximo año. Quedan detalles hasta el aburrimiento por desvelar, y van a ser unos cuantos meses apasionantes intentando descubrir el pastel de Pokkén. Ya fue apasionante hablar de ello sin saber de su existencia, casi 20 años después del nacimiento de la franquicia en Japón no puedo hacer más que preguntarme cómo es posible que nunca haya existido un proyectazo como el presente. Qué gran idea, qué gran todo. ¡VIVA!