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Pokémon y samuráis, la intensidad del momento tranquilo

El lobo solitario y su Pokémon
Por Adrián Suárez Mouriño

Los combates Pokémon son puros combates samuráis. Si algo me gusta de una batalla por turnos es todo lo que existe antes de ejecutar una acción. No me refiero solo a la elección del ataque, sino a la preparación y optimización del mismo, de la criatura que lo ejecuta y de todo lo que lo antecede: el leveleo, el grindeo... La serie Pokémon encierra una cantidad enfermiza de cosas que hacer antes de realizar un movimiento en un combate: escoge la naturaleza, cría a tu Pokémon, trabaja con sus IV, haz el Pokémon perfecto, sincronízalo con el resto de tu equipo para que funcione bien, y luego sí, ataca de una manera u otra en función del rival y tus objetivos en la batalla.

 

Si habéis leído el fabuloso e imprescindible 'El lobo solitario y su chachorro', escrito por Kazuo Koike y dibujado por Goseki Kojima, recordaréis la batalla final, cómo está construida y cómo aparece representada. En ella, el protagonista dedica viñetas y viñetas a mirar a su rival, cambiando la posición de la espada, imaginando las consecuencias de hacer bailar su filo en el aire de una manera u otra, y todo para acabar desatando un solo mandoble que soluciona el encuentro de una sola embestida. Eso es Pokémon: una preparación compleja y muy elaborada para que tu criatura mate de un solo golpe.

 

 

De los combates samuráis destaca la intensidad de los momentos tranquilos, en los que los guerreros atacan con la mente y no con sus armas. Me gusta cómo ese instante se retrata en Pokémon Ultrasol y Ultraluna. ¿Habéis probado alguna vez a dejar el tiempo pasar sin accionar ningún movimiento en una batalla? Si la respuesta es positiva, os habréis dado cuenta de la cantidad de juegos de cámara que se nos ofrecen, unos que vienen reforzados por una música de ritmo agitado mientras se intercambian las miradas, se gira en torno a los contendientes, se ven sus cuerpos, el escenario y sus ojos… y finalmente, ¡zas! Uno de los Pokémon muerde el polvo.

 

Mientras todo eso se produce, los entrenadores Pokémon analizan qué efecto tendrá cada uno de los ataques que están a punto de ejecutar, sus consecuencias, sus…

 

Es por ello que, Pokémon, me parece la serie de videojuegos que mejor ha captado y materializa la tensión de un combate samurái tal y como nos ha llegado interpretado por el anime, el manga y el cine. En la pantalla táctil inferior de la 3DS hay pura reflexión y la responsabilidad de tomar una decisión basada en un largo entrenamiento previo. En la pantalla superior solo hay guerreros azotándose con una mirada intensa.

 

Y alguien ataca, y otro muere.


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