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Please Knock on my Door, un videojuego para hablar de la depresión

Vías de escape
Por Julián Plaza

Más allá de los GOTY, de la colección anual de juegos deportivos y de todo el circuito comercial en general, hay videojuegos que son necesarios. Los unos no menoscaban a los otros, y gracias a ambos hoy podemos decir que el videojuego no solo divierte, también nos hace reflexionar. Este año hemos sido especialmente afortunados con las obras que se proponen algo más que entretener, con lanzamientos que tocan muchos temas y que además lo hacen con una especial sensibilidad.

 

Hemos conectado con los traumas de la madurez y las metas fallidas con Night in the Woods, entendemos un poco más qué supone la ceguera gracias a Perception, sabemos que no es fácil vivir con problemas psíquicos a través de Hellblade Senua’s Sacrifice, comprendemos lo complicada que puede llegar a ser la adolescencia mediante la historia de Chloe en Life is Strange: Before the Storm y nos hemos acercado a los peligros de la depresión gracias a Please Knock on my Door.

 

PKOMD

 

Curiosamente llegué al último juego a través de los nominados a los Game Awards 2017, donde se juega el galardón Games for Impact junto a algunos de los mencionados y otras obras interesantes como What Remains of Edith Finch o Bury Me, My Love. El caso es que Please Knock on my Door es uno de los videojuegos con los que más he conectado este año; ofrece una visión íntima a la par que realista de lo que supone tener un cuadro de depresión, y además lo hace con un uso inteligente de las mecánicas y de nuestra interacción. 

 

Controlamos la rutina diaria de una persona, incluyendo el trabajo, la alimentación, la interacción social y el aseo personal. Durante dos semanas podemos elegir qué hacer, desde intentar seguir montados al tren del día a día mientras combatimos a nuestros fantasmas hasta quedar recluidos en casa, dando la espalda al mundo. Lo que al principio parece el típico juego de gestión de distintos valores al más puro estilo survival pega un vuelco en el ecuador de la aventura, demostrando que la depresión no es algo con lo que se puede jugar, ni un problema al que le puedes dar la espalda, y lo hace mediante nuestra interacción. Es un videojuego muy consciente de lo que está haciendo; su autor, Michael Levall, lo ha utilizado para compartir su experiencia.

 

PKOMD

 

Si os animáis a probar esta aventura de hora y media os recomiendo hacerlo con el modo ‘La experiencia’, donde los valores numéricos de cada acción se omiten pero la misma afecta al final que tendréis. Los videojuegos pueden dar con la forma más bonita de contar una historia y, también, con la mejor manera de entender nuestros problemas, los de un amigo o un familiar. Please Knock on my Door nos da una oportunidad de hacerlo y os recomiendo encarecidamente que le echéis un tiento. No os dejará indiferentes.


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