PlayStation VR cumple un año
A diferencia de lo tranquilo que está siendo este último trimestre del año, el de 2016 fue algo bastante más movidito para Sony. Llegaría la versión Pro de Playstation 4, se estrenaría finalmente The Last Guardian y se publicaría la primera apuesta en firme por la realidad virtual. Justo el viernes, 13 de octubre, el periférico de los nipones cumplió su primer año, 365 días en los que mediante estrenos, datos y sensaciones podemos empezar a sacar un primer veredicto.
Según cifras oficiales -aunque aproximadas-, Sony habla de más de un millón de usuarios con PlayStation VR. Son cifras que superan la suma acumulada en ventas de Oculus Rift y HTC Vive, aunque todo apunta a que su pegada inicial se habría reducido drásticamente si tenemos en cuenta que ya en febrero se habló de más de 915,000 periféricos vendidos. Si en el presente Sony tiene que repetir prácticamente el titular de principios de año es que sus gafas de Realidad Virtual ya no venden tan bien.
PS VR no ha sufrido problemas de stock desde su lanzamiento, y es bastante común que en los grandes puntos de venta las estanterías con ellas estén a rebosar. No digo que vendan mal, pero es evidente que hablamos de un producto con una diferencia abismal comparando las ventas de lanzamiento con las actuales. Quizás el gran bache haya sido la asuencia de un gran título que las acompañe. Farpoint, Resident Evil 7 y Batman: Arkham VR son lo más conocido de su ciclo inicial y, a excepción del primer juego, los otros dos son multiplataforma. El juego de Capcom solo puede jugarse en VR con PlayStation 4, sí, pero tenerlo en otros sistemas no lo hace un reclamo comercial en condiciones.
En el horizonte tenemos la promesa de 60 juegos disponibles entre finales de este año y todo 2018, con nombres como Skyrim VR, Bravo Team, The Inpatient (de la gente de Until Dawn), Star Trek: Bridge Crew, Superhot VR y cosas curiosas como Moss o Starchild. No es un panorama que pinte negro para aquellos que se hayan gastado los 399 euros de rigor más PlayStation Camera, pero tampoco es algo especialmente atractivo para el comprador indeciso. Aun así, creo que el problema está más relacionado con la Realidad Virtual que con Sony y PlayStation VR, que no deja de ser el periférico con los mejores números en ese terreno.
Creo que es evidente que la penetración de las gafas de realidad virtual todavía no ha alcanzado al comprador medio, es decir, al entretenimiento doméstico. Gastar más de cuatrocientos euros en algo así sigue siendo una compra que valorar, y hoy por hoy no hay ningún juego insignia que anime a dar el salto. Desde luego que estamos a años luz de lo que ocurrió con la pobre Virtual Boy de Nintendo, pero todavía es pronto para tachar de éxito a las gafas de Sony. Quizás su tercer año, acompañado del primer descuento importante junto a PS4 Pro, cambie las cosas. Porque está claro que su situación actual es más que mejorable.
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