Playerunknown's Battlegrounds: cada partida es un mundo
Hace justo un mes hablaba de cómo los juegos en acceso anticipado lo estaban petando en Steam, un artículo a colación de un Playerunknown’s Battlegrounds intratable que, mientras leéis esto, ya ha superado los cuatro millones de copias vendidas desde el 23 de marzo de este año. Cuatro millones. Más que The Legend of Zelda: Breath of the Wild, más que Horizon: Zero Dawn saliendo tres semanas después. Sin estar terminado. Si sigue su actual tendencia, podría vender más que la suma de ambos en un par de meses.
El secreto del éxito de un juego con problemas graves en sus partidas atiende a muchos factores. Que un título con lag, con errores en el sistema de colisiones, con un control sin depurar y con multitud de bugs se plante ante el resto como un superventas exclusivo en PC (a la espera de que llegue a Xbox One) no debería pasar inadvertido. Algo estará haciendo bien Bluehole.
En resumidas cuentas, PUBG es un Battle Royale más depurado que H1Z1 o DayZ, también con mejores ideas. Creo que los grandes sellos no están entendiendo que existe una demanda importante dentro del género, algo parecido a lo que ocurre con survivals como ARK, 7 Days to Die o Rust. Son juegos que solo se están lanzando en ‘continuo desarrollo’ pero que cuentan con un público benévolo, fiel y en crecimiento. Además, Battlegrounds funciona sin que Bluehole deba romperse mucho la cabeza; el estudio de desarrollo hace poco más que colocar las piezas en el tablero y propiciar que entren en conflicto.
Aquí te lanzas en un mapa inmenso junto a otros 99 jugadores, una zona que se irá reduciendo de manera circular y aleatoria, obligándote a ir hacia territorio seguro una y otra vez mientras vas mejorando tu equipo, tus métodos de transporte y tu estrategia. Debes ser el último en pie. El juego en equipo es la clave y la necesidad de adaptarse a cada situación hacen que cada partida sea única. Puedes aterrizar en el círculo seguro y montar un fortín, empezar fuera de él y tener que moverte para que la cúpula no te elimine, dar con fuego cruzado mientras la zona de juego vuelve a reducirse, escuchar disparos en la lejanía y decidir esperar, o no. Actuar o aguardar a que la suerte esté de tu parte. En la guerra todo vale.
Hay que darle cierto crédito a PUBG cuando cada partida tiene el potencial para convertirse en una experiencia memorable. Sí, puedes caer a la primera de cambio y ser un peón más de una guerra que no es la tuya, pero cuanto más tiempo permanezcas con vida más fácil es dar con algo que te apetezca contar, compartir y volver a vivir. Todavía es pronto para que os pueda recomendar un juego a medias, pero hoy entiendo un poco más a esos cuatro millones que, como cabía esperar, tienen su razón de ser.
<< Anterior Siguiente >>