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Personajes olvidados: Poppolon

Un prota sin garra
Por José Manuel Fernández "Spidey"

La Konami de la primera mitad de los ochenta no era especialmente conocida por inventar personajes carismáticos. La práctica totalidad de sus lanzamientos coincidían todos en tener una calidad fuera de lo común, pero en lo que a protagonistas se refiere, y dejando de lado el cuestionable carisma de Frogger o de las ya insistentes apariciones de la familia Moai, poco más había donde rebuscar más allá de sprites deportitas, coches o cazas interestelares.

 

Sin embargo, y más o menos coincidiendo con el que Twin Bee se visitera de gala en los arcade, la compañía japonesa se puso a trabajar en un nuevo arcade de disparos con vistas a salir igualmente en los salones recreativos y en MSX. La concepción tomaba elementos de los cientos y cientos de matamarcianos que existían en el mercado, solo que en esta ocasión se cambiaba a la nave de turno por un hombrecillo, al más puro estilo GunSmoke de Capcom. Así, la historia se ambientaría en lo que sería una mezcolanza mitológica en la que se darían cita aguerridos caballeros, brujas de medio pelo y todo tipo de imponentes monstruos.

 

Ah, esas grandes ilustraciones de antes... Coge una portada de hoy día y compara, amigo mío.

 

Viendo la luz en MSX en pleno 1986, Knightmare (Majou Densetsu -????-, Demon Castle Legend) triunfó como la Coca Cola al presentar una mecánica clásica pero dibujada con la precisión de la madurez. Para muchos fue un auténtico espectáculo contemplar como este sistema informático plasmaba fielmente el espíritu de las máquinas recreativas, con un arcade frenético, difícil, y cuidado en lo técnico hasta lo indecible, con esos maravillosos gráficos y aquellas sensacionales melodías de Miki Higashino (Salamander, Suikoden, Otomedus G). Extrañamente, la versión arcade se quedó en el camino, a pesar de haber sido conceptualizada. Hay evidencias de que el planteamiento original recaía en el código de MSX, pero existen documentos que atestiguaban el proyecto de cara a recrear el título en una placa. Oro debe valer ese prototipo en caso de que exista...

 

Knightmare nos ponía en el papel de Poppolon, un valiente guererro que debía abrirse camino a través de las hordas de Hudnos, en pos de rescatar a su amada Aphrodite. Así, nuestro héroe tendría que recorrer ocho fases con puro sabor arcade donde avanzaríamos a través de un inexorable scroll vertical, encontrándonos al final al esperable jefe final de turno. En todo su desarrollo Knightmare era un reto considerable, siendo uno de los cartuchos de Konami más desafiantes de la época. Con todo, el equilibrio demostrado en su jugabilidad demostraba lo genios que eran los diseñadores que en aquellos tiempos componían la veterana compañía.

 

Y así lucía Knightmare, todo un portento. Por aquella época, a nadie le preocupaba ese scroll de pantalla.

 

Como no podía ser de otra manera, Poppolon regresaría un año después con Knightmare II: The Maze of Galious. Pero la sorpresa era que lo haría absolutamente reconvertido, llegando en formato cartucho MegaROM y cambiando el género de medio a medio. Ahora compartiría protagonismo con su amada Aphrodite, teniendo como objetivo el rescatar a su hijo Pampas de las garras del diabólico Galious. Y bajo estas premisas, nos encontrábamos con el que se convertiría en el título más conocido de la saga, siendo a su vez una de las obras más prestigiosas de la Konami de los ochenta que, dicho sea de paso, también compartió estrellato con una notable conversión a Famicom.

 

The Maze of Galious nos metía de lleno en un laberíntico escenario, repleto de plataformas, escaleras, enemigos y múltiples secretos, amén de algunos enfrentamientos altamente espectaculares con unos gigantescos monstruos muy capaces de hacernos dudar si estábamos ante un MSX de primera generación. Ryouhei Shogaki había realizado un diseño ejemplar, un juego largo como la vida donde los enigmas y los desafíos estaban a la altura de la ya asentada franquicia, instaurando un concepto de juego que luego veríamos en nombres como Treasure of Usas o, atención, Castlevania: Symphony of the Night. Es más, en la actualidad está clara la influencia de The Maze of Galious en desarrollos indie como La Mulana o el más reciente UnEpic.

 

The Maze of Galious pasado en tiempo récord. Atención a qué melodías se hacían con dos canales...

 

Finalmente, Poppolon cayó en el olvido con la tercera entrega, donde ni siquiera resultaba ser el protagonista. Shalom: Knightmare III, que vería la luz también en 1987, era un extrañísimo cartucho que no llegó a salir de Japón, viendo la luz únicamente en un MSX de primera generación con claros síntomas de ceder el testigo al consecuente MSX2. La premisa argumental era de lo más curiosa: tu pareja te regala un videojuego, pero te dice que algo raro ocurre con el juego, que no lo pruebes. Sin embargo, el hecho de que te negara un beso hace que, enfadado, corras a insertar el cartucho en tu ordenador y... ¡tachán! Te encuentras dentro del videojuego, transportado en el universo de Knightmare.

 

Shalom volvía a cambiar radicalmente el género, siendo uno de esos raros ejemplos en los que todos los ejemplares de una saga poseer una metodología lúdica diametralmente distinta. Así, este Knightmare III era una aventura-RPG con absoluto aroma nipón, donde el tema del idioma no daba concesión alguna a los occidentales al funcionar el juego con mucho texto. Por otro lado, era un título esencialmente extraño, donde los combates con los grandes jefes a veces nos ponían en la clásica acción de Knightmare para luego enfrentarnos con otro al más puro estilo Arkanoid o meternos de lleno un rompecabezas de los de mover fichas. En definitiva, Shalom era bastante peculiar, pero también resultaba ser un juegazo de tomo y lomo que por las circunstancias de su localización no trascendió en su justa medida.

 

¿Shalom en castellano? Qué haríamos en este mundillo sin la voluntariosa comunidad...

 

Y poco más se supo de Poppolon y compañía. Cabe decir que asomó su figura en títulos como Mah-Jong 2 o el primer y original Parodius... pero poco más se supo de uno de los primeros grandes héroes de Konami. Dadas las circunstancias, y salvo milagro, difícilmente volveremos a saber de este personaje, pero es obvio que su legado está ahí y puede ser disfrutado de una forma u otra. Y merece la pena, creedme.

 

Aphrodite y Poppolon en Mah-Jong 2 junto al Dr Venom, Pentaro, Moai, Simon Belont, Goemon y un Snatcher.


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