Paladins y las mejoras en medio de la partida

Desde hace poco tiempo se nos ha llenado el catálogo de shooters de juegos “menos serios”, con una estética un poco más alegre y con un toque de humor que sienta muy bien al género. Sí, ya teníamos a Team Fortress y Team Fortress 2, pero que haya títulos que se hayan inspirado en él es algo verdaderamente positivo.

 

Lo curioso es que aunque hay muchos diferentes con una misma base, cada uno ha sabido distinguirse y llamar a determinado tipo de público. Overwatch es el rey, eso no lo discutimos, pero no es el único. Como él, títulos de todas partes buscan su hueco. Gigantic, Paragon, Battleborn… Todos tienen detalles que los hacen especiales, pero sí suelen tener algo en común: al final, todos beben, en mayor o menos medida, del género MOBA.

 

Fusionar  dos géneros nunca ha sido algo malo, si sabes bien qué coger de cada uno. En el caso de Overwatch, se tomó del género MOBA el estilo de los personajes y cómo se les ha dado una personalidad propia, con habilidades completamente únicas. Pero hay algo más que puede tomarse de los MOBA y que Overwatch no ha cogido: el desarrollo de esas habilidades. Y aquí es donde entra Paladins.

 

Para que nuestro personaje crezca y se haga más fuerte, en Paladins tenemos una serie de cartas. Estas cartas indican las habilidades que puede desarrollar nuestro héroe, pasivas que lo fortalecen de alguna manera o de otra. Según cómo las combinemos, podemos jugar con un mismo personaje de una forma o de otra, algo que le da mucho juego. De esta forma, la partida siempre es única, porque no estamos jugando todo el tiempo con lo mismo.

 

Esto tiene sus desventajas, claro. Hasta que memorices cada carta, posiblemente te pararás a leer en medio de la partida qué hace cada una y qué deberías seleccionar según cómo están yendo las cosas. Esto te resta puntos de algo que es esencial en el shooter: tiempo. Perdiendo tiempo fortaleciendo a nuestro personaje sólo estamos fastidiando las cosas y dejando a nuestros compañeros a solas con un cruel destino.

 

En el género shooter es muy importante que estemos pendientes de todo. La acción frenética no nos deja tiempo para pensar demasiado, por lo que la estrategia debe estar clara en cualquier momento. Es importante que prestemos atención a todo lo que nos rodea. Ya sé que siempre nos paramos con el tema de las habilidades cuando acabamos de morir o cuando va a empezar el segundo asalto (imaginad hacerlo en medio de un tiroteo), pero esos segundos que dedicamos a leernos la rama de habilidades, pueden llegar a costarnos la partida.

 

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