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Ornstein, la historia del guerrero que empieza en Dark Souls y acaba en Dark Souls III

Pasando por Dark Souls II, ¿o no?
Por Adrián Suárez Mouriño

Ornstein es uno de los personajes más queridos de todo Dark Souls, pero para entenderlo en toda su magnitud hay que jugar también a Dark Souls II, al tercero y ver en lo que acabó convertido. Conocemos al gran matadragones cuando nos enfrentamos a él junto con Smough en una de las batallas más duras de Dark Souls. Si matamos primero a su compañero, Ornstein da muestras de sus principales valores: respeto y lealtad, tocando el cuerpo de su amigo con cariño. Hace esto porque Smough, pese a su gran fuerza, no fue elegido por Gwyn para ser uno de sus cuatro caballeros, pero para nuestro protagonista sí que contaba con la capacidad de serlo.

 

Ornstein tiene esta empatía porque él mismo siente el rechazo de sus allegados. Cuando el abismo invade Oolacile, Gough, Artorias y Ciaran parten a enfrentarse a él, pero Ornstein se tiene que quedar en Anor Londo. Gwyn sabe que es un guerrero poderoso, pero no lo suficiente como para el reto que tienen por delante. Al final de este texto diré porque yo creo que lo hace en realidad, pero sigamos. Ornstein tenía otra misión: proteger a la hija de Gwyn: Gwynevere, a la que conocemos en la forma de una mujer de grandes pechos que nos recibe tras liquidar a nuestro protagonista.

 

 

Ornstein hace honor a su apodo de ‘caza dragones’ y mata a un dragón tras otro mientras protege Anor Lond. Esto lo consigue gracias a que el elemento que maneja es la electricidad y sus víctimas son débiles a ella. Sin embargo, cuando el jugador llega a Anor Londo, lo que se encuentra en realidad no es la ciudad dorada, es una mera ilusión creada por por la hermana de Gwynevere, de nombre Gwyndolin. Eso incluye también a Ornstein. Smough sí que es real.

 

En realidad, y comprendiendo que el abismo que Artorias y los suyos fueron a intentar detener era imparable, Gwynevere huyó de Anor Londo junto con Ornstein y un tercero: Flann, el misterioso dios de la llama, con el que se casa. Gwyndolin ideó este hechizo para proteger Anor Londo. Usó un trozo del alma de Ornstein para construir la ilusión y para que le diera órdenes a un Smough que no conocía la realidad.  El lugar al que huyen es Drangleic, y pasa el tiempo.

 

Ya en Dark Souls II, nos encontramos con un contexto muy distinto al del original. Ahora los dragones no son enemigos del que gobierna la tierra. Al contrario, el hermano de Vendrick, Aldia, los estudia y los emplea para mejorar el poder del que regenta el trono. Ornstein es fiel a su mote, leal a Gwyn y a su misión, pero comprende que si quiere matar a estos seres alados primero tiene que acabar con aquel que los está usando: con Vendrick. Por este motivo, se entrena y cambia su afiliación elemental de electricidad a oscuridad, a la que el monarca es débil.

 

Sin embargo, los años no pasan en balde y el antaño poderoso Ornstein no es ahora más que un viejo matadragones. Al pelear en esta secuela contra él apenas queda un destello del antiguo caballero y no resulta muy difícil matarlo. Tanto es así, que Vendrick y Aldia se burlan de él. Si acudimos a esta batalla en la expansión Dark Souls Scholar of the First Sin, descubriremos cómo le han puesto un dragón a la puerta, demostrando que ni siquiera es capaz de matarlo ya para abandonar su refugio y cumplir con la misión que tiene en esta continuación.

 

 

No olvidemos que Ornstein quiere que siga la edad de la luz y Vendrick la de la oscuridad, por lo que esto es un gran triunfo para el segundo.

 

Me imagino que muchos de vosotros os estaréis tirando de los pelos al leer este texto, porque para que lo que cuente sea así hay que aceptar que el Ornstein del original era una ilusión. Esto es algo que se puede intuir de algunos textos que hablan sobre él, pero no es algo 100% definitivo. También hay que dar el ok a que el lore de Dark Souls II sea oficial en la serie, lo que haría que los personajes que aquí aparecen fuesen algo más que guiños al original. Al parecer se ha confirmado que Ornstein y El Viejo Matadragones son la misma persona en Dark Souls II Collector's Edition Guide, pero no tengo la guía para asegurarlo y tampoco sé quién la ha escrito.

 

Pero la historia no acaba aquí. En Dark Souls III conocemos al Rey sin Nombre, primogénito de Gwyn, primero un gran asesino de dragones para finalmente acabar aliándose con ellos. Por este motivo se pone fin a su relación con su padre y ambos se despiden, pero no sin antes haber entrenado a Ornstein hasta convertirlo en el hombre que es ahora.

 

En Dark Souls III podemos encontrarnos del mata dragones de Gwyn, al leer su descripción se nos cuenta que en realidad no abandona la catedral de Anor Londo para proteger a Gwynevere, como sí se pensaba con la información que se disponía en Dark Souls y Dark Souls II, sino que partió para encontrarse con este personaje. Teniendo en cuenta su carácter, lo más posible es que le admirará cuando mataba a los dragones y ese amor se transformara en odio al aliarse este con ellos.

 

 

Haciendo malabarismos con el lore de los tres juegos, el Viejo Matadragones puede ser revivido con un ascua de la adversidad, objeto con el que podría haber sobrevivido a nuestro filo y partiendo finalmente hasta llegar al Rey sin Nombre. Otra alternativa es que este Viejo Matadragones no sea más una sombra o una reminiscencia de Ornstein, como si su fuerte espíritu guerrero hubiera decidido viajar por sí mismo a una tierra en la que los dragones siguen existiendo. También se comenta que Faraam, dios de la guerra en Dark Souls 2, es el Rey Sin Nombre, motivo por el que Ornstein viajó efectivamente a Drangleic.

 

Y esto es lo bonito de Dark Souls, que no hay ninguna respuesta auténtica y todas lo son. Por cierto, y aquí va una suposición, es posible que Gwyn le tuviese cariño a Ornstein porque le recordaba a su hijo, ambos cazadragones, motivo por el que prefirió que él se quedara en Anor Londo en lugar de ir a morir a Oolacile. Quién sabe. Larga vida a Ornstein.


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