Odin Sphere Leifthrasir es puro teatro trágico
En Odin Sphere Leifthrasir vemos algo que se ve en pocas ocasiones: el empleo del plano fijo que exigen las 2D para inventarse el escenario de un teatro, y narrar desde ahí. Final Fantasy VI hace algo similar cuando Terra interpreta su papel en la ópera, SuperMario Bros 3 finge que es una función teatral y Puppeteere elige una escenografía dramática para vestir su ficción, pero no es lo mimo.
Odin Sphere Leifthrasir plantea soliloquios, conversaciones que el personaje hace consigo mismo con el fondo en penumbra y un foco que le apunta, fondos que se repiten cambiando los actores, miradas al horizonte con escenarios que parecen pintados, e incluso el mismo tono de la historia, ente el cuento y la ópera, recuerda a las grandes tragedias que se celebran en un escenario.
Este concepto se disfruta durante las cinemáticas, con textos breves y cargados de signficado, personajes con máscaras que descubren que son otros, la representación de escenarios claves pero no de los espacios de tránsito, y se extiende a las escenas de acción. Vanillaware no diseña escenarios, pinta, tiene una paleta de colores y un arte con más vocación de ser trasfondo de una obra de ballet que de un videojuego, y se agradece que eso ayude a contar el relato y lo estructure.
Menciono las escenas de tránsito. En una obra de teatro, el desarrollo de esta suele ser a través de varios escenarios clave en los que los actores desarrollan su texto, o de uno, pero no suele (digo suele, no que siempre sea así) mostrarse un escenario en continuo cambio. Parece por lo tanto, adeacuado plantear en ese viaje entre fondos las escenas de acción.
En un teatro se trabaja con las elipsis, con instantes que no se representa de manera formal en los que pasa el tiempo y el personaje hace algo de lo que se habla luego en las escenas principales, entendiendo lo que ha ocurrido gracias al contexto. Esos son los momentos en los que aquí Gwendolin combate contra sus enemigos, sube de nivel, practica con la alquimia, compra y vende; en los que se desarrolla la jugabilidad huyendo de la falta de control que un espectador tiene de lo que ocurre en la escena.
Sin embargo, aquí también encontramos ese teatro en las áreas de descanso. Podemos citarnos con vendedores y cocineros, entre otros personajes. Estos nos hablan también con ráfagas de información intensas y con una puesta en escena potente, nada está puesto al azar, todo está colocado ahí con mimo y con intención. Si nos encontramos en un lugar demasiado cálido, el vendedor cambia su texto y nos indica que no suele pasar por aquí, nos pregunta qué hacemos nosotros en un lugar tan cálido o nos insta a ir a otro sitio más fresquito. Con unos textos tan cuidados, una escenografía tan resultona e informativa y el propio tono de la narración, Odin Sphere Leifthrasir es puro teatro, y yo os invito a comprar una entrada y disfrutar de la función.
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