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Novedades en unos Game Awards que siguen sin sorprender de verdad

Un año más
Por Julián Plaza

Tras una trasnochada más debido a los Game Awards 2018, el sol vuelve a salir por la mañana. Hay cosas de las que hablar, juegos nuevos que probar y estudios a los que felicitar, pero no hay nada que verdaderamente haya removido cimientos ni haya conseguido levantar al respetable de su asiento. El evento promovido por Geoff Keighley, que no hay que olvidar que tiene más de promocional que de certamen de premios al uso, se mantiene en un perfil intermedio que ni lo acerca al E3 ni nos permite pasarlo por alto. En otras palabras, se ha asentado.

 

Y lo ha hecho con una gala que ha decidido tirar de solemnidad, más que nunca, con un espectáculo de apertura con ni más ni menos que Hans Zimmer en el stage, con actores de la talla de Christoph Waltz entregando premios y con un speech inicial que ha conseguido algo inaudito: congregar en un mismo escenario a Shawn Layden, Phil Spencer y Reggie Fils Aime para dar el mensaje de apertura. Las tres grandes. Política y buenismo, sí, pero hitos sin precedentes al fin y al cabo.

 

tga

 

En cuanto a premios hubo cosas destacables como Dead Cells llevándose el galardón a mejor juego de acción, Return of the Obra Dinn consiguiendo la mejor dirección artística, Fortnite tomando el relevo a Overwatch en el mejor juego como servicio, o God of War quitándole el GOTY a Red Dead Redemption 2, aunque Rockstar no se fue a casa de vacío. Luego, lo esperable con Into the Breach siendo el mejor juego de estrategia, Forza Horizon 4 siendo el mejor deportivo, Dragon Ball FighterZ conquistando el de la lucha, Florence siendo el mejor lanzamiento en móviles o Monster Hunter World alzándose como el mejor RPG. Aquí los tenéis todos

 

De momentos no hubo muchos, quizás destacaría el ‘BOY’ de Crhistopher Judge o el discurso de SonicFox, TGA a mejor jugador de eSports, por su ‘soy gay, negro y un furry... seguramente todo lo que un republicano odia, y ahora también soy el mejor jugador del año’. Quien ya le conociese antes de subir a recoger el premio sabía que iba a ser un gran momento y quien no, es fantástico que lo haya conocido de esta manera. Y sí, también toca hablar de las novedades.

 

GOW

 

Lo más destacable fue algo que ya se anunció, ese The Outer Worlds de Obsidian que, con el perdón de Rafa, tiene todo lo que mucha gente espera encontrar en Fallout desde hace años. Hemos visto Psychonauts 2, el teaser no apto para sensibles del undécimo Mortal Kombat, el de Dragon Age 4 (que pinta tan verde como TESO VI) y más Anthem, Fortnite, Dead by Daylight y PUBG. Personalmente me quedo con ese Scavengers que mezcla shooter, estética caótico-futurista y rejugabilidad, y con dos indies: The Pathless World y The Last Campfire, lo nuevo de Anapurna y Hello Games respectivamente. También vuelve Crash Team Racing, con un remake como el que han recibido los tres plataformas de PSX, Ashen ya está disponible y ya conocemos el primer personaje del DLC de Smash Ultimate: el protagonista de Persona 5.

 

Como digo, no es una gala de la que nos podamos quejar; seguramente sea la más interesante del año quitando el E3. De hecho, revisando los anuncios, fueron bastantes y hasta me estoy dejando cosas por el camino. Pero nada llega a los titulares que sí pueden dejar la cita angelina, un buen Nintendo Direct o una PlayStation Experience. Esto sigue formándose, va ganando en solemnidad y es innegable que cada año el certamen es más grande que el anterior. Al final, hay que intentar tomarse los Game Awards como esa fiesta de fin de año en la que hacemos balance, donde no importan mucho los vencedores y donde si se anuncia algo interesante, pues eso que nos llevamos. En ese sentido, cumple con creces.


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