Nintendo, Super Mario 3D World y el 'siempre verde'
Super Mario 3D World ha sido aclamado por la crítica y por el público, pero parece lejos de tener la recepción que se podría haber esperado de cualquier juego del fontanero de Nintendo. Las ventas lo han puesto como el lanzamiento más flojo de los últimos años, y desde muchos medios parece haber saltado la alarma y se ha aprovechado para atizar, ¿pero hay motivo para alarmarse? ¿Se desgasta Mario y familia? ¿Hay algún punto criticable de la acción y lanzamiento de la obra de los de Kyoto? Vayamos por partes.
En Japón, 3D World se enfrentó a Lighting Returns, la tercera parte de Final Fantasy XIII y perdió en su primera semana; a nivel mundial ha competido con el lanzamiento de una nueva generación perpetrada por Microsoft y Sony en los diferentes mercados occidentales y una obra de su propia cosecha para Nintendo 3DS que probablemente compartirá público objetivo, The Legend of Zelda: A Link Between Worlds. Con ese panorama y ante esa circunstancia generacional, ¿no resulta hasta cierto punto lógico que Mario no funcionase de la forma esperada?
No obstante, no me preocupa en absoluto las ventas de Mario 3D World: la valía del all-green de Nintendo ha sido una máxima desde hace años en su modelo de venta, por lo que no creo que haya motivo para sufrir. Se le llama all-green por ser juegos que tienen la facultad de venderse durante toda la trayectoria de la máquina, y que gente que hoy no se ha hecho con 3D World, lo hará en los próximos meses, y los que no tienen una WiiU todavía, en el futuro se harán con una con 3D World. No es una teoría que me haya inventado, ni mucho menos, es una facultad que tienen muy en cuenta en Nintendo y en todas las tiendas que venden productos de la susodicha.
Por eso deberíamos preguntarnos, en lugar de valorar la vida y salud del fontanero, si la decisión de sacar la obra en fechas tan señaladas, más que una muestra de músculo para los japoneses no se ha terminado convirtiendo en una excentricidad digna de los tiempos en los que comandaba Yamauchi. Llegar a tiempo al Black Friday a costa de encontrarse con semejantes gigantes en el mismo mercado ha demostrado con números que no fue tan buena idea como se podía suponer en un principio.
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