Ni-Oh, el Team Ninja a golpe de folclore japonés
La conferencia de Sony en el Tokyo Game Show ha enseñado muchas cosas buenas, lejanas en tiempo y distancia pero buenas. Mucho JRPG interesante, una PSVita que parece que sí tiene catálogo y hasta se dejó ver una Atlus. Lo dicho, mucha cosa rica de la que me quedo con Ni-Oh. Este juego del Team Ninja que se quedó colgado en los anales de la historia y ahora regresa unos once años después. El videojuego parece querer combinar a Dark Souls con samuráis; y eso es genial.
De todos los géneros aparecidos hasta la fecha, esa mezcla de hack and slash con rol y aventuras de From Software es la que mejor acepta a estos guerreros nipones. Los Souls y Bloodborne, por lo fácil que es que te liquiden y por lo vendido que te quedas cuando fallas un golpe, dejan un estupendo espacio para meter en esos encuentros nuevas opciones de contra y bloqueo, miradas intensas y cortes fulgurantes. Al hablar de Dark Souls uno no se refiere solo a la narrativa o a la dificultad, también a lo más básico y elemental: a la presentación malévola de los enemigos en el campo de batalla y a los bosses contra los que no se puede ir a lo loco.
De Ni-Oh sabemos poco. Además de lo visto en el corto trailer jugable, que aprovechará el guión de Kurosawa de la película llamada Oni (o violará, eso está por ver), que el desarrollo original se remonta al 2004, que será exclusivo de PS4 y que saldrá, al menos en Japón, en el año 2016. de Ni-Oh le pido que sepa ser fiel a estos referentes que muchos hemos querido ver, premiando cada encuentro concreto con cada rival y pintándolo todo con esa historia y misticismo japonés que a todos nos enamora; claro que también podemos ponernos negativos.
Del mismo modo que uno puede querer ver una influencia en el trabajo de From Software en la construcción de una aventura de samurais retante y divertida, también se puede percibir un videojuego lineal con una cámara que puede dejarnos vendidos y unas rutinas de ataque un tanto difusas. Todo está por ver, pero no voy a ser yo el que se ponga negativo cuando hace dos días pedía justamente videojuegos de este tipo.
Eso sí, al videojuego le queda trabajo por apartarse, visualmente, de esos enemigos genéricos que pudimos ver en Toukiden o en Devil May Cry, con sus demonios de fuego y sus hadas random. Lo que sí que parece acertado es la ambientación en sí, oscura, sanguinolenta y seductora. Veremos lo que nos quiere acabar ofreciendo Team Ninja, pero por ahora pulgares arriba.
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