Medabots, Japón, las tetas, y la ONU
Que los japoneses son gente un poquito enferma ya lo tenemos bastante claro, y, sin embargo, eso forma parte de su encanto. El problema llega cuando ese encanto nipón toca temas quizás demasiado delicados para otras culturas, como es la occidental. Sí, amigos, vamos a hablar de pornografía. Las manos donde pueda verlas, ¿eh?
No, es broma, poned las manos donde queráis, pero este tema es más serio de lo que aparenta serlo. Imagino que ya os habéis enterado, pero la ONU ha metido el morro en el País del Sol Naciente con una intención clara: frenar el contenido hentai dedicado, principalmente, al lolicon, donde se dan escenas de sexo con o entre menores. Opiniones al respecto hay para parar un tren, ya que tenemos una infinita cantidad de quejas por un lado, y votos a favor por otro. ¿Cómo demonios debemos pensar al respecto?
Está claro que el contenido de un manga o de un anime es pura ficción, cosa que no debería afectar para nada a nuestra forma de ser día a día. El problema llega cuando hablamos de influencia y de formas de educación en la sociedad. Es decir, cuando formulamos frases como “Los videojuegos crean personas violentas”. Nos pese a quien nos pese, no hay duda de que las obras de ficción, por desgracia, influyen en la sociedad. Es el problema de ser borregos sin personalidad, que nos vemos afectados por cosas que deberían ser más nimias, como la violencia en los videojuegos, la sexualización de los personajes o el contenido pornográfico de los juegos japoneses. Lo que me lleva a un juego que tiene miedo de salir en Europa:
Medabots Girls Mission, para Nintendo 3DS, tiene un alto contenido eh… japonesil. Lo que viene a ser chicas con cara de niña, globos por tetas y faldas de la misma anchura que un cinturón. Es por ello que se cree que el juego podría generar controversia en occidente, de ahí su posible encierro en Japón. Y yo me pregunto: ¿A quién hace daño este tipo de videojuegos? ¿Por qué debe la ONU intervenir en el país nipón?
El asunto tiene su parte delicada y su parte de “esto hay que tomárselo con sentido del humor”. La pornografía infantil debe perseguirse por todos los medios, pero no sé hasta qué punto debemos incluir el hentai lolicon dentro del mismo saco. Una de las razones principales por las que debemos preocuparnos es la de la existencia de gente mentalmente enferma que pueda llegar a obsesionarse tanto con lo que lee o ve en el manganime, y querer llevar a cabo las prácticas que ha visto. Pero volvemos a lo mismo: ¿Creemos que los videojuegos nos hacen violentos, o hay algo más en esa premisa?
Prohibir un género del manga como es el hentai no puede ser una opción válida. No lo dice mi yo enfermo, sino mi yo razonable. El secreto está en regular, en controlar el público que accede a este contenido, igual que hacemos con los videojuegos o las películas, aunque luego los padres se pasen por el forro el PEGI. Sí, como en Deadpool. En cuanto a Medabots Girls Mission... Siempre ha sido muy japonés eso de “chicas monas, tetas enormes”, de modo que nada puede escandalizarnos a estas alturas... Aunque quizás Medabots no sea la franquicia más idónea a la hora de sexualizar a sus personajes. ¿Es que nadie piensa en los niños?
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