Max Payne mosquea a los brasileños

Ya pasó en su día con Resident Evil 4 y sucede cada vez que alguna localización del mundo poco habitual protagoniza un juego: los jugadores de esa parte del mundo le sacan punta a cualquier aspecto de la localización sin caer en el hecho de que, en la mayoría de las ocasiones, lo que se ve en pantalla es una exageración y un escenario para desarrollar una trama.

 

Hemos asistido al nuevo capítulo de estas absurdas polémicas con Max Payne 3. Se ha abierto un hilo sobre el tema en GameFaqs en el que se acusa a Rockstar de ser poco cuidadosa con los detalles: que si el acento de los lugareños no es el adecuado, que si la gente no viaja por Sao Paulo en helicóptero liándose a tiros por los tejados, que si la música que suena en los garitos del juego no tiene nada que ver con lo que escuchan los brasileños.

 

Así, un tópico tras otro. La discusión es absurda y algo vacía. Ya la sufrimos nosotros Resident Evil 4 y creo que salvo los cuatro que se ofenden hasta por el aire que respiramos, el resto nos echamos unas risas con aquella recreación virtual de Puerto Hurraco donde las calles estaban sin asfaltar y el campanario del pueblo tenía pinta de haber presenciado más de un sacrificio para las fiestas del pueblo.

 

 

El problema de todo el asunto es entender lo que el estudio nos quiere contar con la localización del título en cuestión. Que hayan escogido Sao Paulo o cualquier ciudad brasileña tiene sus porqués: sacar a Max de su entorno natural, rodearle de extraños en un lugar en que no ha pisado en su vida y del que desconoce ni el idioma ni las costumbres. Podría haber sido Sao Paulo, Caracas o Moscú, el lugar es lo de menos.

 

Puestos a quejarnos, hagámoslo por pedir buenos juegos. En ese aspecto Max Payne 3 da lo que se le pide. Puede que sea algo lineal en cuanto a su desarrollo, pero todos sabíamos a lo que nos enfrentábamos cuando nos hicimos con él así que, para la siguiente, votamos por ver a Max en Sevilla. Total, es imposible hacerlo peor que John Woo en Mission: Impossible 2 mezclando fallas y Semana Santa.

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