Maid of Sker es un juego de terror compacto. No sorprende pero funciona
Maid of Sker es un título correcto, que no destaca en nada, que no sorprende pero que hace de manera solvente lo que viene a hacer. Es un videojuego de terror que mezcla una ambientación muy años cincuenta con un desarrollo jugable a lo Resident Evil clásico, solo que en primera persona. El juego arranca como Resident Evil VII: nos desplazamos hasta una zona rural, a un hotel en este caso, movidos por la carta de nuestra pareja.
Una vez llegamos al lugar, empiezan los problemas. Ella está encerrada y nos pide que tengamos cuidado del staff. A partir de este momento, el juego se mantiene en primera persona pero con una navegación y un desarrollo más propio de los Resident Evil originales: investigamos, resolvemos puzles, recogemos objetos y seguimos avanzando.
La historia se construye sobre una idea que, personalmente, creo que es de las más manidas de la historia: una melodía que nubla el raciocinio. De esto mismo iba Streets of Rage 4, por ejemplo y por mencionar un ejemplo reciente. Los sonidos son clave en esta aventura, puesto que no podemos actuar directamente con los enemigos, pero sí frenarlos a través del ruido. También grabamos la partida usando gramófonos, y todo el grueso de la aventura tiene este tema como elemento central hasta su conclusión.
Ni a nivel mecánico, dinámico ni de desarrollo destaca Maid of Sker. Es un producto que terminas sabiendo que no ocupará un lugar en tu corazón, pero que te hará pasar un buen rato si tienes hambre de este tipo de juegos de miedo. No innova, pero tampoco falla. Recorrerás una mazmorra, recogerás piezas y evitarás a los monstruos.
Su duración es más que correcta. Te lo puedes merendar en un par de sesiones de tres-cuatro horas o mucho menos si eres más hábil jugando que yo a estos títulos (lo que no es difícil). Jugado en PC, es muy vistoso gráficamente aunque demasiado oscuro. Jugado con el brillo al 200% me ha costado un montón ver lo que tenía a mi alrededor, dependiendo demasiado del mapa y de los marcadores. Que sea difícil ver lo que tengo delante no es un problema, pero sí cómo lo gestiona el juego.
Maid of Sker no toma riesgos, no es memorable, pero su ambientación es buena y las inspiraciones que toma para formarse están bien elegidas. Si buscas una experiencia breve, compacta, de terror que te salta a la cara para morderte (más Resident Evil que Silent Hill), prueba Maid of Sker y no te arrepentirás. Porque lo que viene a hacer, lo hace bien.
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