Luchando por mantenernos asustados RETRO

Hemos hablado muchas veces en Mundogamers del terror, de qué hace que un survival horror cumpla su objetivo y nos haga estremecernos ante la pantalla. Es un debate largo y tendido y muchos de vosotros tendréis en vuestras cabezas algunos recuerdos de esos juegos que os hicieron brincar u os mantuvieron con el corazón acelerado, temiendo qué encontrarías al girar la siguiente esquina.

 

Es un género complicado que, en los últimos tiempos, se ha dejado llevar hacia la acción, manteniendo los monstruos pero dejando a un lado ese tono que genera tensión y nos eriza los pelos. ¿Será que se ha perdido la esencia o simplemente que ya no existe un interés en producirlo? El lanzamiento de Dead Space nos impactó, puede que porque esperásemos un shooter de monstruos alienígenas sin más, pero lo que encontramos fue un bien logrado ambiente terrorífico. La soledad y silencio del espacio, solo interrumpidos por ruidos de cañerías o luces que parpadeaban proyectando sombras, eran suficientes para mantenernos en tensión.

 

 

Es sorprendente pensar que aquellos monstruos que encontrábamos en los primeros títulos del género, realmente no eran una amenaza. Dejaban tiempo suficiente para acabar con ellos mientras se acercaban o incluso, en casos como Silent Hill, prácticamente ni nos infligían daño. Eso cambió con Dead Space. Los necromorfos en solitario no eran demasiado problema pero, cuando se juntaban dos o tres, la cosa cambiaba. Además, sus movimientos no eran lentos y cada golpe hacía que nos resintiéramos.

 

Con la segunda entrega pasaba lo que comentábamos antes. Cambiábamos esa tensión producida por un ambiente hostil por una subida de adrenalina motivada por la caza de los monstruos. Una pérdida de identidad del título que contribuía a la sobrexplotación de un género que no era el suyo.

 

¿Cuál es el remedio para mantener vivo un género en peligro de extinción? Dead Space 3, a pesar de los rumores de convertirse en un shooter cooperativo, apuesta por ofrecer todo. Recuperamos esa sensación necesaria de pasillos metálicos, silenciosos; unos monstruos aún más rápidos y letales. Pero también tendremos ese modo cooperativo, para aquellos a los que el survival horror les impide continuar jugando.

 

Puede que abrir el abanico de posibilidades permita adaptar el juego a varios tipos de público.

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