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Los Vengadores del capitalismo tardío

Ponte mi camiseta, que te saco una foto
Por Adrián Suárez Mouriño

El merchandising, las firmas, las marcas, los acuerdos de exclusividad, los royalties, el ‘esto es mío y esto es tuyo’ están convirtiendo al videojuego de The Avengers en un chiste. Dicho lo cual, me parece totalmente comprensible y lógico que Spiderman sea exclusivo de Sony por estos motivos, que las marcas quieran meter ahí sus zarpas, que Disney quiera sacar ochenta spin-off, sagas paralelas, series subsidiarias, camisetas y pins o que Marvel… En fin, que es el mundo que nos ha tocado vivir.

 

Pero eso no quita que todo lo que rodea a Los Vengadores sea un chiste. Para empezar, es de coña que se haya tomado como decisión estética escoger a modelados con similitudes con los actores de carne y hueso que, además, llevan un look muy similar a las películas recientes de Marvel, pero sin ser ellos en realidad. ¿No os provoca una extraña sensación a lo valle inquietante? El problema es que al parecerse tanto, pero no ser ellos, es como si hubieran cogido a sus dobles para hacer el trabajo sucio, que no es otra cosa que ser un videojuego orientado a capturar el botín, crecer y avanzar.

 

 

Esta base presupone un videojuego de tipo ‘infinito’ que poder dotar de contenido fácilmente digerible y potencialmente insulso. La meta es la de siempre, colarle micropagos al fan en forma de ropas.  Y estos ya empiezan a aparecer de una forma extraña: mediante exclusividades rarunas con empresas externas o poco ligadas al videojuego; lo que, seguro, será solo el comienzo.

 

No estoy diciendo que el juego en sí sea mejor o peor, pero sí que ha sabido impregnarse de un tufillo asqueroso. El primer juego contemporáneo de The Avengers es un título que tiene una base de juego de móvil: misiones a cumplir que se repetirán, tendrá micropagos, tendrá ropas para vestir a los que interpretan a Los Vengadores y quiere tenerte jugando hasta el infinito. Que Crystal Dynamics esté detrás de este producto (porque esto es un producto como la copa de un pino) seguro que garantiza luces en la jugabilidad, pero el modelo de negocio y las decisiones que Square Enix está tomando ennegrecen muchísimo esta producción. Más si sabemos que aquí también tiene las garras Disney.

 

Ojalá se hubieran tomado como base los cómics originales. Ojalá se hubiera querido desarrollar una historia honesta o con una deshonestidad mejor escondida. Ojalá algo más cercano a lo que se hizo con Injustice. Ojalá una total reinterpretación propia de este mundo; pero esto… De nuevo, insisto, el videojuego como tal puede que esté genial, pero es que es ver las caras de esos modelados fingiendo ser Los Vengadores y sentir que están diciendo: ‘socorro, rescatadnos. Tenemos que hacer esto para pagar facturas’.

 

En fin, no los juzgo. Yo también soy autónomo.


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