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Los milagrosos cuatro gigas del parche de Aliens Colonial Marines

La mona vestida de seda...
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Que Aliens Colonial Marines es un despropósito eso es algo que ya sabemos todos. Ahí está Sega, Gearbox o quien corresponda intentando enmendar el desaguisado, con la esperanza de recuperar una credibilidad muy en horas bajas después de colocar a la venta semejante engendro en forma de videojuego. Porque un desarrollo puede ser mejor o peor, pero se hizo demasiado evidente el que Randy Pachford intentó colárnosla de manera descarada, pasando a la historia esa demo que nos mostrara y que muy poco tendría que ver con la desastrosa calidad final del producto.

 

Así, la versión PC de Aliens Colonial Marines acaba de recibir un voluminoso parche que viene para, por lo menos, paliar la situación. Claro está que antes hay que asumir el hecho de que entre la famosa demo y el juego final existía un abismo técnico demasiado salvaje como para asumir que un mero patch pueda hacer algo por igualar las cosas. No obstante, el gran peso del mismo hace pensar que quizás se pueda albergar alguna esperanza, puesto que estamos hablando de unos cuatro gigas de información. Como no podría ser de otra manera, lo he probado con ávida curiosidad...

 

El vídeo comparativo de Video Gamer es especialmente revelador.

Lo primero que llama mi atención es el efecto ruido que se ha implementado en la imagen, un detalle que puede gustar más o menos (yo particularmente prefiero la imagen limpia), pero que le da al juego un aspecto algo distinto, amén que ayuda a disimular la simpleza de algunas texturas. Lo grave es que Aliens Colonial Marines no da opción a quitarlo, con lo que nos lo tenemos que comer sí o sí. Y ya que he citado las texturas, hay que decir que muchas han cambiado a mejor. No se trata de algo especialmente drástico, pero se nota especialmente en algunas superficies.

 

Quizás el nuevo elemento visual más llamativo es el relativo a los juegos de luces y sombras, otorgando un aspecto cercano al de la demo. Ni en sueños se iguala la atmósfera de aquella, pero es indiscutible que la obra ha ganado con estos añadidos. Del mismo modo, efectos antes inéditos hacen acto de aparición, como partículas, humo... incluso el escabroso detalle del cuerpo sin vida que cae en el pasillo por el que entramos hacia la Sulaco, que ahora -como en la demo- sí que agrieta el cristal. ¿Tanto costaba introducir estos míseros detalles en la versión final?

 

La experiencia renovada al detalle

Por su parte, el renovado Aliens Colonial Marines se potencia arreglando algunos matices que van más allá de lo gráfico. Han ajustado la inteligencia artificial de los xenomorfos, del mismo modo que se han hecho retoques en las animaciones para no dar lugar a ridículos movimientos que quedaban fatal de cara a la galería. Otros tantos arreglos se hacen relativos a solucionar fallos garrafales como aquellos en los que te podías salir del mapa de juego o hacerte directamente invencible, a la par que se ha mejorado el aspecto visual de la interfaz, con llamativos iconos para señalar los objetos y dispositivos con los que podremos interactuar.

 

¿Hace todo esto de Aliens Colonial Marines un buen juego? No, la verdad es que no. La campaña sigue siendo igual de anodina, el final continúa en su línea de estupidez, y los fallos de diseño no dejan de ser palpables pad o ratón en mano. Y mientras, la versión Wii U sigue en el limbo, con un Patchford que se lava las manos y deja su destino en manos de Sega. Eso sí, el CEO de Gearbox alaba el trabajo de Demiurge Studios (unos tipos muy competentes, todo hay que decirlo) a la hora de realizar la conversión hacia la consola de Nintendo, acabada desde hace algún tiempo y a la espera de que Sega le ponga una fecha de salida... si es que se la pone.


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