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Las mujeres no juegan online

Somos todos hombres
Por Kysucuac

Lo cierto es que no soy partidaria de los eternos debates acerca de la mujer y el videojuego, pero es que, de vez en cuando, ocurren cosas que a una servidora le tocan la moral. No, no voy a hablar de la presencia en la ficción videojueguil de cualquier personaje femenino y de cómo se les trata en según qué juegos. Voy a hablar de algo que me parece mucho más grave, y es que a veces ser mujer y amante de los videojuegos es muy duro.

 

Me han gustado las consolas desde siempre. Suena exagerado, pero con un hermano cinco años mayor, y habiendo nacido en el mismo año que Sonic, fue muy fácil criarme rodeada de videojuegos. Mi primer recuerdo está dedicado a una Atari 2600, que todavía está guardada en uno de los armarios de mi casa. La siguió Mega Drive y después de ésta PlayStation. Luego ya me convertí en Sonyer hasta la PS3, me pasé a ordenador y ahora soy una niña rata. En resumen, llevo toda la vida en el mundo de los mandos, los teclados, las pantallas y los jefes finales, pero hay cosas que no cambian, por mucho que los juegos tengan cada vez mejores gráficos.

 

Cuando era más pequeña nadie decía nada. Niños y niñas jugábamos a Pokémon en los recreos y no pasaba nada. Con el tiempo, me fui dando cuenta de que muy pocas chicas – por no decir ninguna – a mi alrededor jugaban, mientras yo seguía pidiendo a los Reyes Magos (aunque ya sabía que de reyes y de magos tenían poco) videojuegos. Llegaban los cumpleaños y sólo quería videojuegos. Llegaban las vacaciones y lo único que quería era jugar a videojuegos. Pero ni siquiera para mis amigos de toda la vida aquello era normal: ¿Por qué una chica estaba interesada en los videojuegos? ¡Si eso era sólo para chicos!

 

Es muy triste, pero ni con la más de una veintena de años que arrastro ya me libro de los comentarios, a veces hirientes, a veces un intento de sorpresa pero que te hace daño igualmente. El machismo está en la sociedad de muchas formas, y una de las más dañinas es la de la invisible calificación en “de chicos, de chicas” que se hace en los videojuegos. Sí, he dejado de oír el “Ah, ¿te gustan los juegos? Será los Sims, ¿no?”, pero ha sido sustituido por cosas como “Oh, eres una chica que juega y escribe sobre videojuegos, quiero follarte”. No, no es una exageración. Siendo totalmente sincera, he recibido verdadero acoso por parte de conocidos, lectores o seguidores de Twitter por el simple hecho de ser amante de esta industria que a veces parece tan evolucionada y en otras ocasiones está llena de escoria.

 

Pero, como yo, hay muchas mujeres, de todas las edades, que deben ocultar su género cuando juegan de manera online. Y eso, señoras y señores, es lo más grave. ¿Cómo es posible que tenga que ir por la vida fingiendo ser un chico para poder jugar en paz? Encima, cuando dices que eres una mujer, sólo ocurren dos cosas: O ponen en duda que eso sea cierto (¿recordamos el caso de Remilia?), diciéndote que no, que eres un tío “y encima maricón”; o dudan de tu habilidad. Por supuesto, también hay una tercera opción: Dices que eres mujer porque eres una zorra, una attention whore, que lo único que quieren es que la traten bien porque, claro, ¡eres una mujer!

 

Recuerdo un día jugando a League of Legends que un jugador dijo “soy una chica” y el resto decidió responder con un “En fin, ya hemos perdido”. A mí ayer un niño – español, por supuesto – que, a juzgar por su inteligencia, no debía sobrepasar los 10 años, y si los pasa, España tiene un problema, empezó a insultar al resto del equipo, a mí en concreto llamándome comepollas y esas cosas tan bonitas. En algún momento de la conversación le dije: Ah, agradecería que te refirieras a mí en femenino, pues soy una chica. ¡Para qué dije nada! Travelo, maricón, y un largo etcétera. Al menos, así fue hasta que decidió buscar mi nombre por las redes sociales. Entonces ya pasamos a un fea, no tienes amigos, tu vida es una mierda porque tienes menos de 50 Me Gusta en Instagram. Oh, dios santo.

 

Por supuesto que a este tipo de criatura hay que ignorarla, pero, ¿sabéis dónde está el problema? El problema principal está en que las mujeres ya nos hemos acostumbrado a que pasen estas cosas y eso es lo peor. ¿Cómo podemos permitir que cualquier chica sufra de acoso y abuso verbal por el simple hecho de no tener pene? Hay miles de mujeres que no salen a la calle solas por la noche, y si lo hacen desde luego no están tranquilas. ¿En qué momento trasladamos ese problema social a los videojuegos? ¿En qué momento se decidió que las mujeres no juegan a videojuegos y mucho menos en online? ¿Por qué debemos ocultarnos o ser tratadas como un bicho raro? O lo que es peor, como una joya preciosa a la que cualquiera puede tirarle fichas como si fuera una mesa de póker. Me duele tener que aclarar algo tan básico, pero nosotras también somos personas y también tenemos derecho a viciar a League of Legends, a Counter Strike, a lo que nos salga del jigo, en definitiva.


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