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Larga vida al Rey Poro

Duelo de las Nieves
Por Kysucuac

El camino que lleva a Belén, baja hasta el valle que la nieve cubrió, no sé qué no sé cuánto, no me acuerdo de más, pero lo peor es que escribo con el tono de la canción, ropo pon pon, ropo pon pon. Bien, después de esta embolia navideña y gratuita, toca hablar de lo que más hablo a lo largo de la semana porque soy una niña rata sin criterio: League of Legends y la Navidad. En realidad quería hablar de cómo el juego insignia – y único juego también – de Riot ha sabido crear un calendario a su manera, guardando algunas buenas costumbres, ya sea Navidad, Halloween, April Fools' Day o el Día de la Marmota.

 

Para casi la totalidad de los jugadores de League of Legends, lo que empezó como un modo de juego a broma con el April Fools' Day se convirtió en un modo indispensable que debería seguir en activo más allá de la fecha acordada. Todos queríamos un modo URF eterno, pero la gente se olvidaría del modo tradicional y el resto de mapas de juego, así que Riot ha seguido manteniéndolo como el modo primaveral que todo el mundo espera con ansia. Y que no se le ocurra quitarlo, porque en cuanto aparece ese manatí, su espátula y su erotismo, los servidores del MOBA explotan y hay más usuarios conectados que en el resto del año. Por algo será.

 

En el resto de fechas señaladas del calendario, Rito ha querido hacer algo similar. Este año repite el modo navideño de El Duelo de las Nieves y el Rey Poro, lleno de nieve, adorabilidad y destrucción. Su aparición el año pasado en el Abismo de los Lamentos convirtió al Rey Poro en un personaje la mar de popular y deseado, y el poder desbloquear iconos jugando se hizo muy entretenido. En este 2015, sin embargo, para desbloquear iconos hemos tenido que pagar 100 de PI por cada uno de ellos – cuatro en total – y no precisamente para hacernos un regalo a nosotros mismos. No, este año nos tocaba ser generosos y lanzarles bolas de nieve a nuestros compañeros invocadores. Estos, al recibir el golpe, se han visto sorprendidos con un regalo: un icono invernal en la mayoría de los casos la más de cuqui.

 

Pero volvamos al Rey Poro, ese animal que es digno heredero del Chocobo Gordo de Final Fantasy. En este modo navideño, nos trasladamos al Abismo de los Lamentos con una selección de campeón al estilo Reclutamiento, es decir, con tres baneos por equipo y con elección libre en lugar de la aleatoria a la que ya estamos acostumbrados en este mapa. El objetivo del juego, como en cualquier otro, será destruir el Nexo enemigo, pero con pequeños matices. En El Duelo de las Nieves no debemos centrarnos en matar a nuestro enemigo, que también, sino en lanzarle bolas de nieve hasta acumular diez para así poder invocar al Rey Poro. Pero, ¿y de qué nos sirve invocar al adorable monarca?

 

Si tenemos suerte y puntería y conseguimos acumular diez impactos por bola de nieve, invocaremos a este poro gigante con corona, quien se encargará de apoyarnos en el puente y de destruir las torres del enemigo. Lo mejor del Rey Poro es que las torretas enemigas apenas le hacen daño y lanza mini poros cada pocos segundos a su alrededor, lo que hace daño a los enemigos más cercanos, por lo que es una gran herramienta para el push de la línea y una buena defensa para los campeones más débiles. Un escudo humano, vamos. Pero en poro.

 

Es muy divertido tener de vuelta por estos lares a Su Majestad el Rey Poro, si bien se echa de menos el tener cosas que desbloquear, como el año pasado. Es muy positivo para el desarrollo y crecimiento de la comunidad que Riot coja ciertas costumbres y modos de juego que se vuelvan estables. Sí, poner un hexakill una vez al año de manera aleatoria está bien, pero tachar los días y pensar en “la semana que viene ponen URF” está mucho mejor. Para los jugadores de MOBA, ya acostumbrados a la rutina, cualquier novedad viene muy bien, aunque un calendario de actividades tampoco está mal. Se agradece que Riot haya tenido en consideración el modo de Navidad del año pasado, porque si el Rey Poro no llega a estar le hubiéramos echado de menos. Es, después del manatí, uno de los extras más queridos en la Liga de Leyendas. Aquí somos monárquicos. Por lo menos en Navidad. 


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