La simulación antes molaba

Si un día se diera una batalla campal, sangrienta y sin justicia alguna entre Origin y Steam, yo votaría por los de Valve. No obstante, hay algo que me ha dado Origin que Steam nunca podrá comprar: Un dinosaurio. Vale, no, no es un dinosaurio. En realidad es Theme Hospital, que Origin llevaba largo tiempo regalándolo por la patilla y yo no me he beneficiado de esta buena obra hasta hace relativamente poco. Y, jo, cómo echo de menos los 90.

 

Theme Hospital reinaba en una época en la que los juegos de simulación eran los reyes de las consolas. Por un lado estaba Maxis con todo lo que el universo Sim conllevaba; por otro, Bullfrog y sus éxitos Theme. Aunque mi favorito era Theme Park, Theme Hospital fue la obra maestra. Por un lado, una simulación empresarial como otra cualquiera, una entre tantas otras que estaban cosechando el éxito en aquella época. Por otro, el humor y la ironía en algo tan contrario a ello como puede ser un hospital. Hay que tener una mente prodigiosa para ser capaz de sacar, primero un videojuego, y segundo un videojuego divertido y hasta adictivo de un espacio como ése (Hospital Tycoon, fracaso absoluto). Es decir, ¿quién es capaz de conseguir que una muerte post-operatorio resulte graciosa? Porque Hospital Central o Anatomía de Grey no, desde luego. Ni siquiera Scrubs fue capaz de eso. Pero Bullfrog sí.

 

La verdad es que volver a jugar a Theme Hospital es todo un deleite, no sólo por el juego en sí, sino porque estoy volviendo a mi infancia, cuando era feliz e inocente. ¡Ay, qué tiempos! Es un punto muy a favor de Origin, que nunca ha sido santo de mi devoción. Pero volver a jugar a esta obra de Bullfrog también tiene cosas malas, y es que ahora echo de menos los juegos de antes. No es nada nuevo, la verdad, y puedo sonar muy al papá de Mundogamers (que todos sabemos que es Rafa), pero es que en mis tiempos, los juegos de simulación molaban.

 

Da la sensación de que la simulación ha quedado relegada a un segundo plano, representada únicamente por dos grandes y desiguales bloques : A mi izquierda, Electronic Arts, Maxis y la más que explotada no-sabéis-qué-sacar-ya franquicia de los Sims. Que, por cierto, ya estaba en la competencia de Bullfrog con sus Theme (y curiosamente, ambas compañías fueron engullidas por Electronic Arts); a mi izquierda, los juegos de simulación de Facebook. Quien dice Facebook, dice apps para móviles, tablets, cualquier juego chorras que veamos por Internet... Lo cierto es que hoy en día hay muchísima variedad de juegos de simulación, ya sea empresarial, tipo Sims o de los que se mezclan un poco con estrategia y nos lleva a una especie de Age of Empires de mercadillo.

 

Sin embargo, dicha variedad es de todo menos buena. A ver, pone al alcance de mucha gente títulos que quizás no le llamarían la atención si fueran de consola o pidieran algo más que una cuenta en Facebook. No obstante, una mayor cantidad de juegos implica, también, una menor calidad. Se trata de juegos que poco o nada se parecen a ese Theme Hospital de antaño, pequeñas aplicaciones y minijuegos que no le llegan a otros ni a la suela de los zapatos, pero que, a pesar de todo, consiguen tener un gran público.

 

Ojocuidao, que siempre hay juegos que se libran de esta regla no escrita. Por ejemplo, tenéis Sparta: War of Empires, que, sin dejar de ser la típica aplicación de Facebook tiene mucho que ofrecer. Los Sims, en cambio, a mí ni me han llamado la atención en su cuarta entrega porque sigo pensando que no han sabido sacarle provecho. Creo que la comunidad es algo más lista que un simple “vamos a hacer a los sims más reales”. O no, porque siguen vendiendo igual o más. Y aquí estoy yo, que hasta que no sean capaces de añadir las mascotas al maldito juego base, no quiero volver a saber nada de ellos. Que me quedo con Theme Hospital, oiga. 

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