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La primera semana del nuevo Live, fantástica

Nintendo, pionera en todo
Por Bruno Louviers

La tercera generación de Xbox Live suma su primera semana activa en Xbox One. Tras “el lapso del día antes” y un rato ayer por la mañana en el que el servicio entró en mantenimiento, la consola de nueva generación ha comenzado su andadura on-line de forma ejemplar, y más allá de que tengamos que esperar novedades con respecto a funciones extra de YouTube o la activación de la retransmisión compatible con Twitch, lo importante, el jugar, está rozando, al menos en mi experiencia, la matrícula de honor.

 

Dado que estamos pagando un servicio en línea mensual y que muchos llevamos haciéndolo un buen puñado de años, no debería ser noticia, pero no es menos cierto que en los últimos meses la gente estaba un poco molesta con el servicio de 360, y más viendo lo que estaba ofreciendo la competencia, que acabó colando un pago por on-line obligatorio sin demasiadas preguntas al respecto entre su parroquia, que siempre negó y aborreció esa opción en la otra orilla.

 

El poder de la nube está ahí, pero de momento pasa como eso, nubes por encima de nuestra cabeza sin molestar ni hacer ruido. Elementos como el Drivatar de Forza Motorsport 5 son fabulosos, pero todavía no se conoce que está haciendo (si es que hace algo) en Killer Instinct a día de hoy. De hecho, acabará siendo una pieza fundamental dentro del esquema en línea de la consola de los de Redmond, no me cabe la menor duda, pero por otra parte, deberíamos tener en cuenta que Microsoft prometió en el E3 una conexión entre jugadores nunca vista y en mi casa, al menos, se está logrando. Con lo mucho que he jugado, ni un problema de momento.

 

 

Sí que estaría bien, y quizás eso no dependa excesivamente de Microsoft por el momento, el luchar contra los indeseables que deciden desconectarse tras perder una partida y fastidiar, así, la recompensa del vencedor. Más allá de que el ganador reciba ese premio, sería óptimo que el desconectado sufriese un castigo ejemplar. League of Legends, por ejemplo, al marcharte de una partida te sanciona con inactividad durante unos minutos, pero los castigos, en caso de reiteración, pueden llegar a ir a mayores. En todo caso, si al Juan Lanas de turno le sale más a cuenta desconectar el cable, conectarlo de nuevo y seguir jugando, una desconexión de cinco o seis minutos, seguro, le quitará las ganas de hacerlo.

 

Otro problema que siempre me ha preocupado ha sido el de las NAT. De hecho, me sacaba de mis casillas el encontrarme con gente desesperada por jugar que se encontraba con la dichosa problemática de la conexión y que nunca llegaba a arreglar dicho problema. Xbox One, como ya hacían otros series lanzadas en 360 como Halo o Call of Duty, lo detecta y hasta te ofrece ayuda para corregir ese problema. Toda ayuda con ese asunto tan delicado es poca, y posibilitar una experiencia 100% óptima para esos jugadores que pagan su suscripción mensual, aunque sean problemas ajenos a la propia compañía o consola, denota compromiso.

 

Sería fabuloso que Xbox Live aportase algo similar en características de calidad a lo que está ofreciendo Sony con su PlayStation Plus y el regalo de juegos. Games with Gold, que sigue dando tumbos en 360, regalará el primer Gears of War el próximo mes de diciembre. Si comenzamos con el caballo regalado y el dentado nunca seremos críticos con nada, pero si hay alguien con la consola de Microsoft que todavía no tiene el juego de Epic debe ser un extraterrestre; en el hipotético caso de que su recién llegada a la tierra con su OVNI y sus cosas de alienígena quisiera jugar a la aventura de Marcus, se dará cuenta que el título se ha quedado algo anticuado y que en cualquier tienda lo encontrará en el cajón de la segunda mano por menos de diez euros. Y eso es un regalo, cierto, pero no es, ni mucho menos, un buen regalo.


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