La dificultad a la que os recomiendo jugar a The Last of Us: Parte II
Es posible que la pregunta os haya rondado la cabeza durante estos días de espera (ya queda menos). ¿A qué dificultad jugar a The Last of Us: Parte II? Al igual que la primera entrega, el juego de Naughty Dog proporciona varios niveles de dificultad junto a un enorme menú de opciones personalizables, sobre todo para garantizar su excelsa accesibilidad. Tras haber completado el juego por primera vez para el análisis y estar embarcado en una segunda vuelta voy a tratar de ayudaros.
Creo que lo mejor para disfrutar de la primera partida a The Last Of Us: Parte II es elegir una dificultad media, que no resulte ni muy fácil ni muy difícil, ya que así podréis disfrutar de pleno la historia (el motor principal del juego) y no se os hará bola ningún enfrentamiento o zona concreta. Ese nivel lo tenéis que valorar vosotros mismos como jugadores según vuestra habilidad, pero creo que Normal es una opción estupenda. Lo único que puede pasar en esta modalidad es que si os dedicáis a investigar y explorar los escenarios a fondo siempre vais a tener muchos recursos y munición, algo que va en contra de la naturaleza de la propia experiencia. Pero también hay solución para eso.
La dificultad de The Last of Us: Parte II puede modificarse en cualquier momento durante el juego, así que no temáis elegir una opción y que esta no se acomode a vuestras expectativas, ya que podréis cambiarla. Si durante muchos tramos de la aventura tenéis que dejar sin recoger muchos recursos y mucha munición porque os sobran, será un claro indicativo de que debéis subir la dificultad. Mi segunda vuelta en Difícil está siendo mucho más placentera en los combates porque siempre voy muy corto de recursos, obligándome a ser creativo a la hora de superar a los enemigos y a valorar cada bala. Creo que esa es la manera idónea de disfrutar del juego.
Sin embargo, incluso jugando en Normal y con un exceso de munición y recursos en muchos momentos, hay enfrentamientos que pueden salir mal y que te obliguen a utilizar todo lo que tengas en la mochila para sobrevivir, así que es complicado valorar un equilibrio tan subjetivo. Sinceramente, es algo que debéis evaluar vosotros mismos: si no disfrutáis de la exploración o avanzar os parece demasiado sencillo, subid la dificultad; si aunque os sobren los recursos estáis gozando los combates y la exploración, quizás sea la mejor manera de completar esa primera vuelta sin agobios y centrando la atención en la historia.
Una vez completéis el juego podréis dar una segunda vuelta en Nuevo juego+. Esto os permitirá mantener todas las armas, sus mejoras y las habilidades desbloqueadas, aunque la dificultad también aumenta un poco respecto a la dificultad normal (Difícil+ es más complicado que Díficil). Os recomiendo que lo hagáis en una segunda vuelta si queréis subiendo un nivel de dificultad para, ahora sí, disfrutar de la experiencia con mucha más complicación en combate y en la propia supervivencia. Si habéis dado la primera vuelta en Normal, quizás sea buena idea dar la segunda en Difícil+, por ejemplo.
En cuanto a las opciones adicionales, pensadas sobre todo para la accesibilidad de The Last of Us: Parte II, os recomiendo que no toquéis nada más allá de las posibles ayudas visuales o de los elementos que muestra el HUD. El motivo principal es que puede hacer demasiado fácil realizar ciertas acciones (como apuntar y disparar, que no se realizan con absoluta precisión a propósito) que alteran un poco la experiencia, así que solo lo modificaría si tenéis problemas de visión o de algún otro tipo.
Espero que os haya ayudado y que disfrutéis plenamente de la dificultad de The Last of Us: Parte II que hayáis elegido, aunque vuelvo a insistir en que podéis modificarla en cualquier instante. Sobre todo y a título personal me centraría en disfrutar de la historia la primera vez (sin que sea un paseo) y ya habrá tiempo para pensar en complicar de verdad la supervivencia y los combates.
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