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La curiosa desaparición del beat'em up

Una teoría más
Por Toni Piedrabuena

No es ni mucho menos la primera vez que alguien toma el sacrosanto nombre de Double Dragon para llevar a cabo un atentado lúdico contra la sociedad, y todo apunta a que el nuevo título de la serie, bajo el remake de su segunda entrega y con subtítulo Wander of the Dragons, podría ser un nuevo desastre. Hay una cantidad abismal de videojuegos que narran las desventuras de Billy, Jimmy y Marian, pero el nuevo descalabro de un beat'em up pone en evidencia un género que, de golpe, desapareció, y nunca más supimos de él. ¿Qué pasó? ¿Cómo pudo hacerlo de forma tan abrupta?

 

A finales de los ochenta y principios de los noventa tuvimos una época sencillamete maravillosa para el género del mamporro, y abanderándolo estaban empresas como Capcom, Konami, Sega o la propia creadora de Double Dragon, Technos, cabalgando en una bonanza creativa que construía éxito tras éxito en recreativos y consolas de todo el mundo. Tras los últimos coletazos del género en las dos dimensiones, pocas retomaron la senda y práctica de esos juegos, pero Sega confió en un entorno poligonal con ejercicios tan excelentes como una dupla de Dynamite Deka y un título de Naomi y Dreamcast llamado Zombie Revenge, pero pasarían muchos años hasta que recibiésemos algo a la altura de esas circunstancias.

 

Creo que tenemos motivos para asustarnos

 

Dejando de lado ejercicios lamentables como Final Fight Streetwise o el excéntrico Beatdown, nuevos tiempos llegaron para el 'yo contra el barrio' con la aparición de los mercados digitales en consolas, y eso marcó la llegada de juegos como Scott Pilgrim o Castle Crashers de gran éxito y acogida por parte del público. Esos mercados también sirvieron para que otras marcas, sobre todo japonesas, nos brindasen la oportunidad de rememorar grandes títulos a buen precio como podía ser Streets of Rage 2, Teenage Mutant Ninja Turtles (el de 1989) o Final Fight. Y ahí es cuando entra mi teoría: los precios bajos han permitido que el género pueda volver sin miedo.

 

Las mecánicas clásicas del beat'em up hoy no serían permitidas bajo la estela de un juego de 70 euros, pero sí podría permitirse el lujo de apostar por menos dinero en experiencias que, sin ser repetitivas, no pueden durar más que un par de horas. El secreto de ese estilo de juego debe radicar en la especialización y amaestrar los artes de cada uno, pero no en alargarlo con pantallas y enemigos innecesarios sin variar demasiado sus mecánicas, ya que eso podría pervertir la pureza del propio género. No tenemos una mala sensación cuando pagamos poco por un producto que acaba durando poco, pero sí es criticable cuando lo compramos a precio de novedad.

 

Pinta de bombazo

 

Precisamente ahí entrará Dragon's Crown, que parece querer rescatar mucho de lo bueno que brindó Capcom con los Dungeons and Dragons pero en Vita y PS3. La desarrolladora, VainillaWare, y distribuidora, Atlus, estuvieron discutiendo sobre el precio al que debía ser lanzado hace unas semanas, y es que ahí puede darse el caso de triunfo y fracaso del juego de mamporros de magia y fantasía. Dejando de lado lo malo o bueno que acabe siendo, creo que muchos juegos deberían ser honestos con el precio y su contenido como lo son los beat'em up en la actualidad. Eso nos ahorraría muchos debates y dolores de cabeza, sin duda.


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