Kukui sí que es un Profesor Pokémon

Sigo hablando de Pokémon. Algo que siempre me ha parecido bastante absurdo en la saga es el papel del Profesor Pokémon, una figura de sabiduría que está ahí en tus primeros momentos como jugador, que te enseña las bases y que luego... pues básicamente desaparece por completo hasta que ganas la Liga Pokémon o ocurre algún acontecimiento crucial. Vamos, que está ahí para ponerse las medallitas, y eso me fastidia un poco. 

 

Entiendo que Pokémon siempre haya preferido dejar a los jugadores a su bola para que exploren y se den cuenta de cómo van las cosas en el juego por sí mismos, de ahí que el papel de un profesor que les enseñe no esté presente. Y no pasa nada. Por variar, quizás, o porque el personaje es gracioso, me ha gustado mucho que el Profesor Kukui haya ido por el sentido contrario y esté todo el tiempo cerca de los dos jóvenes, tú y Tilo, que han emprendido una aventura gracias a su ayuda. 

 

 

No solo eso, sino que Kukui tiene poder, y se nota. No porque combata o porque vaya de chulo por la vida, que un poco de ambas cosas también, sino porque está cambiando las cosas en la región y, en cierto sentido, usándonos a sus pupilos como herramientas o excusas para llevar a cabo sus planes. Kukui quiere establecer una Liga Pokémon y dejar a un lado algunas de las tradiciones de Alola para poner la región al día y hacer las cosas un poco más como en Kanto, Johto y demás regiones.

 

Esto es algo que está presente constantemente en la historia y que, a mí al menos, me ha hecho disfrutar bastante. Hasta cierto punto, podría decirse que hay algo de lucha entre la modernidad que este hombre que va a pecho descubierto quiere y las tradiciones de los capitanes y kahunas, que adoran a unos guardianes y que tienen ciertas supersticiones. 

 

Es cierto, eso sí, que Kukui hace que la historia vaya de su mano, y eso es algo que no termina de sentarle bien a un Pokémon, donde siempre hemos tenido bastante libertad para hacer el idiota y entrentar criaturas sin que el camino que, inevitablemente, tenemos que seguir sea tan, tan obvio. No seré yo, sin embargo, quien critique un cambio en una saga que se ha mantenido rígidamente invariable en muchos aspectos durante los últimos 20 años. Así que viva Kukui y su pechamen desnudo.

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