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Kassandra, de AC Odyssey, es la Xena del siglo XXI

El personaje femenino que necesitábamos
Por Rafa del Río

Assassin's Creed Odyssey ya es una realidad tras su lanzamiento el 5 de octubre en PS4, Xbox One y PC. La nueva odisea de Ubisoft se aleja una vez más de la fórmula clásica de los asesinos y los templarios para ofrecernos una aventura muy especial, dura y dolorosa, en la que no faltan los componentes más clásicos de la tragedia griega: el destino, la guerra, los dioses y, por supuesto, las familias disfuncionales y el abandono infantil. 

 

Nuevas fórmulas, nuevas mecánicas, algunos elementos comunes y las historia se quedan, por ahora, para el análisis. Hoy quiero centrarme en otro elemento, Kassandra, la famosa personaje femenina que ha tenido a unas y otros llorando por las esquinas, y cómo Ubisoft ha vuelto a demostrar que, a pesar de los pesares, lo suyo son los personajes femeninos. Ya tuvimos una pista con Evie Frye, la asesina de ese Assassin's Creed Syndicate que empezó a levantar cabeza en la saga con un Jacob Frye que sobraba tanto como personaje del juego como sobra la lechuga en un sandwich BLT o el genjibre fresco en un plato de sushi. Ahora llega Kasandra y se lleva los aplausos, los míos, porque es justo lo que esta saga necesitaba. 

 

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Es Lucy Lawless y puede volaaar...

 

Una nueva Xena, la Princesa Guerrera

No sé si es por ese rostro delicado a la par que fuerte, esos ojos brillantes en un rostro que parece estar diciendo 'voy a arrancarte la cabeza', unos brazos plagados de tantas cicatrices como músculos o esa sonrisa socarrona de guerrera poderosa, de mujer segura de sí misma y de los aceros que porta en el cinto. Por todo eso y por algo más, la misthios adoptiva de Cefalonia me recuerda a la gran Lucy Lawless en su papel inmortal de Xena, la princesa guerrera, una heroina que llevaba años deseando ver en un videojuego digno y que al fin, saltando las diferencias, parece ilustrar la filosofía y el espíritu tras el desarrollo de Kassandra. 

 

Los diálogos, las posibilidades de roleo, ese aire de mercenaria preocupada por los dracmas pero con un corazón de oro tras la dura coraza de su armadura son un soplo de aire fresco en un mundo, el del videojuego, que está necesitado de nuevos personajes y nuevas formas de enfrentarnos a las aventuras que nos proponen. Kassandra es, al menos para mí, lo mejor que ofrece Assassin's Creed Odyssey, y eso es mucho decir para el mejor juego de una saga tan longeva, con tantos éxitos y fracasos, como la que en su momento inició Patrice Desiléts con el bueno de Altair.

 

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Elegid a Kassandra

Assassin's Creed Odyssey viene con la posibilidad de elegir personaje masculino o femenino: Alexios o Kassandra, y aunque a la hora de la verdad nos dicen que ambos pueden vivir la aventura por igual, la propia Ubisoft reconoce que ellos crearon el juego pensando en Kassandra y que Alexios fue una decisión accesoria para todos aquellos -y aquellas- que prefieren manejar a un señor potentorro. ¿Influye esto en el juego? Pues si Ubi dice que no será que no, pero yo he elegido a Kassandra, y me alegro muchísimo de mi decisión. Así que...

...hacedme caso...

...Y elegid a Kassandra. Más allá de las decisiones de estudio de última hora, la polémica por las carátulas reversibles y la lucha por la supremacía de los quejicas por el control del trabajo de las desarrolladoras, os váis a encontrar a una mujer épica, un personaje sobresaliente, una guerrera que os va a hacer disfrutar muchísimas horas y, lo más importante, un cambio en la rutina. Kasandra es un soplo de aire fresco en un mundo, el de los protagonistas, gobernado por personajes musculosos, con pito melenita y barba de Starbucks. Una mujer guerrera, sarcástica, socarrona, adorable, que nos permite alejarnos de lo establecido y disfrutar del gran trabajo que han hecho en Ubisoft por crear una mercenaria realista con la que identificarnos -o querer identificarnos- seamos del género que seamos. Al final todos somos humanos, y la ambición, el amor, el deseo y el odio son sentimientos afines a todos los géneros. 

 

¡Nos leemos!


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