Horizon y la importancia de sus primeras horas

En títulos de exploración al estilo de Horizon: Zero Dawn imagino que, a nivel de diseño, debe ser un calvario saber cuándo soltar de la mano al jugador para que explore libremente, sin que en la fase de aprendizaje sienta que está en un pasillo. En este caso, de añadido, en Guerrilla deben darnos información sobre un personaje que no conocemos y será el protagonista, por lo que conectar con Aloy entra también en la lista de cosas por hacer al inicio de la aventura.

Dónde estamos, quiénes somos y por qué motivos nos lanzamos a explorar son tres preguntas que quedan respondidas en las primeras horas del juego de manera sorprendentemente eficiente, sin renunciar a un entorno abierto pero controlado en el que se nos permite explorar libremente. Aloy vuelve a acusar la construcción de un personaje con el que se nos da la opción de elegir; afrontar los problemas, darles la espalda o buscar una tercera vía es decisión nuestra. Aun así, creo que hay margen suficiente para que empaticemos con ella como individuo y no es el recipiente vacío que encontramos en Fallout.

Los primeros pasos en una aventura de exploración son importantes porque definen la coherencia del viaje. Encontrar a Ciri o tener un hijo al que recuperar en la Commonwealth son casos de relativa urgencia porque, si bien en ambos ejemplos nos encontramos ante una situación de peligro, en el primero la aprendiz de Geralt se basta por sí misma y en el segundo siempre tenemos la opción de pasar de la vida en general. Es Fallout, nuestro objetivo no lo marca el Pip-Boy.

Aloy es alguien que va a traspasar una muralla que lleva en pie desde que tiene uso de razón; se cuentan historias sobre lo que hay tras ella, pero muy pocos han salido a explorar. Guerrilla hace un buen trabajo utilizando el mito y las costumbres rituales como dos elementos que construyen una expectativa en el jugador para que se lance a explorar y descubra qué parte de razón esconden los cuentos que escuchan los niños antes de dormir. Queremos saber qué hay tras esas paredes, tanto como la protagonista del juego.

Horizon: Zero Dawn se apoya en muchas fases del viaje del héroe como la llamada a la aventura, el encuentro con el mentor, las pruebas o el cruce del primer umbral. Su virtud está en el uso de esos elementos como motor para la construcción del protagonista sin renunciar en ningún momento al planteamiento de un mundo abierto, aunque sea a menor escala. Te tiras horas sin saber qué hay tras esa puerta y Guerrilla consigue que quieras echarla abajo.