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Homefront The Revolution, las secundarias son las principales

El relleno de un sandbox se convierte en protagonista
Por Adrián Suárez Mouriño

Homefront The Revolution se apunta a la moda de Dying Light, una muy acertada, la verdad. En sandbox tradicionales hemos visto una marcada dualidad entre misiones principales y misiones secundarias. Las primeras están construidas sobre mezclas de géneros para dar un conjunto sólido mientras las juegas, las secundarias no, se apoyan en ideas limitadas para que tengas algo que hacer cuando acabas las primeras.

 

Estas eran cosas como: mata a tantos enemigos y libera una zona para que no vuelvan a aparecer, embosca a un grupo de enemigos para conseguir un premio, haz de mensajero con este paquete para obtener puntos de experiencia, etc. Por supuesto, lo que ocurría es que una vez rematadas las misiones claves de la aventura, estas se nos hacían muy aburridas.

 

Entonces aparecieron títulos como Dying Light y este Homefront The Revolution, que lo que hacen es desdibujar la frontera entre misiones principales y secundarias, componiendo las primeras con las rutinas de las segundas. Menciono a Homefront The Revolution porque su premisa es hacer guerra de guerrilla contra la opresión norcoreana. En el marco ficcional del título, Corea ha tomado América y el ejército nacional está desmantelado. Su promesa es precisamente esa: convence a la gente a pelear a tu lado, reconquista poco a poco tu ciudad y salva el mundo, es decir, haz secundarias sin parar.

 

 

Aunque parezca que Homefront The Revolution pretenda aportar ideas nuevas con su concepto, lo que hace es llevar esas ideas de misiones secundarias, ahora totalmente principales, a la propia historia del videojuego. Tendremos que tomar territorios, atacar al ejército enemigo, emboscarlo y usar distintos artilugios para lograr nuestros fines porque, en teoría, los rivales son más fuertes que nosotros.

 

Es decir, toma una decisión sensata para su estructura de juego y la hermana con la trama, aprovechándose de esta manera de entender los sandbox que inició Far Cry 3 (y que funcionó tan bien), hizo luego Dying Light y ahora continúa este. Lo útil de esta manera de entender los juegos de mundo abierto es que permite ampliar, profundizar y trabajar en detalle en esas misiones que antes se consideraban de relleno. Ahí entra la premisa de que los coreanos están mejor preparados que nosotros, pues está donde está para que estas misiones secundarias sean interesantes, como los zombies de Dying Light.

 

Hemos podido ver abundantes secuencias centradas en mostrarnos distintos gadgets y cacharros que, combinados con el sigilo, intentarán lograr que haya una interesante diferenciación jugable entre cada una de las tareas que nos encomienden, y así, poco a poco, lograr tener una cuadrilla de soldados fuertes y acabar de limpiar de dictadura nuestra patria. Yes, we can.

 

Homefront The Revolution se pone a la venta el 20 de mayo, si no se retrasa, una fecha muy complicada teniendo en cuenta que Uncharted 4 sale el 10 de mayo. En esa fecha veremos si esta sensatez al combinar trasfondo con las misiones secundarias, ahora primarias, funciona como debe.


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