Hideo Kojima y la crisis de identidad

Hideo Kojima es uno de los creativos más veteranos de la industria del videojuego. Habiendo sido acreditado en su primer juego allá por el año 1986, este genio nipón ha regalado a lo largo de sus años en Konami algunos de los mejores videojuegos que se recuerdan, empezando por el original Metal Gear de MSX2 hasta llegar al último Metal Gear Solid 4. Entre ambas obras, Kojima ha firmado un buen puñado de títulos, muchos de ellos tratando temáticas dispares y géneros muy distintos de la metodología lúdica propuesta en las aventuras de Solid Snake... sin embargo, su nombre siempre estará unido a la franquicia Metal Gear.

Como buen artista que es, a Hideo Kojima le llegan ese tipo de frustraciones que solo puede tener alguien que realmente trabaja en lo que le gusta. Es ese tipo de realizaciones personales que terminan mirando hacia su ombligo, buscando respuestas donde no las hay, máxime cuando a buen seguro él mismo es esclavo de su propio destino y, por ende, de su legado. El férreo control de nuestro hombre sobre la franquicia Metal Gear hace que le sea difícil -por no decir imposible- desprenderse de su creación, temiendo el que caiga al cien por cien en manos ajenas... No puede separarse de Snake.

Obviamente, esto puede conllevar una crisis de identidad. Es perfectamente comprensible que el creador de una exitosa franquicia tema el hecho de que su obra llegue a pesar más que su persona, que, como puede ser el caso que nos ocupa, Metal Gear y su significado eclipse la oculta estela de un nombre como Hideo Kojima. No es algo que le haya pasado a gente como Warren Spector, John Carmack o Peter Molyneux, que a pesar de ciertas reiteraciones a lo largo de su carrera han sabido diversificar su producción hasta el punto de que sus nombres tienen en sí mucha más importancia que sus creaciones. Sin embargo, Kojima tiene miedo de que algo así no pase con él:

Tengo que admitir que espero que mis futuros proyectos sean considerados como obras de Hideo Kojima, y no del creador de Metal Gear. En realidad todavía no he mostrado al mundo qué otra cosa podría ser capaz de hacer... Y aunque puede sonar pretencioso, no me gustaría ser considerado como 'el chico de Metal Gear'. Puedo hacer mucho más que eso."

Por extraño que suene, parece ser que es el propio Hideo Kojima el que considera que su única aportación al mundo del videojuego es Metal Gear. Cierto es que, salvo los Zone of the Enders, sus otras obras no han terminado de llegar al gran público, limitándose en su mayoría al terreno japonés. Ahí quedan productos tan magníficos como Boktai, Policenauts, los Tokimeki Memorial y, sobre todo, un juego que nadie, y digo NADIE debería perderse: Snatcher. Por eso resulta particularmente raro que el ahora Vice Presidente de Konami Digital Entertainment se olvide de su grandísimo legado para invocar únicamente a la serie Metal Gear, y más aún cuando está inmerso en el desarrollo de Metal Gear Solid: Ground Zeroes.

¿Problemas de ego? ¿Crisis creativa? ¿Frustración ante una Konami que no le pide otra cosa? Difícil es entrar en una mente conflictiva como la de Hideo Kojima, una explosión de ideas en constante convulsión que, aparte de soltar bizarras paridas de vez en cuando, es capaz de regalarnos algunos de los mejores videojuegos de la historia. Por supuesto que a mí me gustaría verlo haciendo otras cosas, pero mientras nos traiga joyas absolutamente atemporales como todos y cada uno de los Metal Gear que realiza, por mí que siga siendo este Kojima que todos conocemos y queremos.