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Hermanos de Armas merece la pena, pero solo si amas Final Fantasy XV

La vida sin el rey
Por Adrián Suárez Mouriño

Hermanos de Armas de Final Fantasy XV merece la pena. En el fondo no deja de ser una excusa para poder realizar misiones de caza con colegas, pero es una excusa que convence, y si no tienes amigos o no hay nadie por ahí para jugar online, pues podrás hacerlo con unas IA bastante competentes. En la beta que pudimos disfrutar hace unas semanas se intuían las intenciones de esta modalidad multijugador: rellenar el vacío temporal que se produce hasta que Noctis decide reclamar el trono, pero ahora se confirman, pues cuenta con una historia propia; ligera, pero ahí está.

 

Estos son años oscuros, unos en los que la luz del día va poco a poco desapareciendo, y los glaive, los protectores del reino, tienen que buscar recursos para que esta siga brillando aunque sea de manera artificial. Iniciamos nuestros días en este escuadrón como un soldado más, amnésico, por supuesto, para que así podamos ir recordando nuestra propia historia mientras avanzamos en lo que Hermanos de Armas nos propone, ¿y qué tenemos que hacer? Matar a muchos enemigos, cumplir misiones, recoger esquirlas de Meteoro y con ello iluminar la ciudad de refugiados en la que vivimos.

 

Hermanos de Armas es una útil herramienta para explicar qué ocurrió en esa tremenda elipsis que se marca Final Fantasy XV antes de llegar a su conclusión. Es una lástima que no se haya incluido con el contenido original del juego porque, aunque no cuenta nada que no sepas, sí que sirve para que comprendas lo mal que lo pasó tu pueblo mientras tú, encarnando a Noctis, te lamentabas de manera egoísta en tu exilio.

 

 

Con un relato que funciona para que comprendas por qué luchas y qué ocurre en el mundo de juego, Hermanos de Armas se aprovecha del combate de Final Fantasy XV original para hacernos batallar en equipos de cuatro. Estas peleas siguen siendo confusas, es una lástima que Square Enix no haya hecho ni el más mínimo esfuerzo en ajustar las cámaras. Tampoco necesitarás demasiada compenetración con tus compañeros hasta que llegues a niveles avanzados de la partida, solo entonces sí que tendrás que tener claro si tú eres el que ataca, el que cura o el que inicia el encadenamiento de hechizos.

 

Jugar a Hermanos de Armas tiene dos motivos por los que apetece siempre echar una partidida más: el botín que se recoge tras cada partida de caza contra los cadentes y entender hasta qué punto llegó a degradarse el mundo sin la presencia del rey. Pero no nos engañemos, si no te ha convencido el combate de Final Fantasy XV tampoco te convencerá este.

 

Para animar las partidas, a medida que jugamos se van desbloqueando nuevas cosas que hacer. Al devolverle la electricidad a distintos puntos de la ciudad podremos acceder a tiendas de ropa, a personajes que nos hacen fotos, etc. Eso no quita que esta aventura multijugador se acabe haciendo repetitiva. A mí me está gustando, pero sé que es porque estoy enamorado de este universo triste. Se lo recomendaría, sin dudar, a otros como yo, pero no a los que la trama principal les dio absolutamente igual. Hemanos de Sangre necesita que adores el trabajo original para comprender este.

 

A modo de conclusión, la versión de PC de Final Fantasy XV va a ser fabulosa. Viene con los DLC de los tres amigos de Noctis que son clave para la historia del juego, también con este Hermanos de Armas, que habla de este momento de la trama tan dramático. Los que se van a adentrar en este mundo de juego con todo desbloqueado (y pagado) desde el principio tienen mucha suerte. Sí, esta reflexión tiene doble sentido.


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