Gran Turismo 5 todavía tiene mecha
La semana que viene llega una nueva versión de Gran Turismo 5, la Academy Edition, y con ella Polyphony Digital lanza un nuevo parche y varios coches en descarga. El simulador tiene más vida de lo que creíamos.
Lo admito, siento cierta debilidad por Gran Turismo 5. Una parte de mí me dice que es inadmisible que un juego de su altura tenga errores de primero de EGB (esas texturas pixeladas, un garaje con demasiados coches japoneses y pocos occidentales) y, aún así, vuelvo a él cada pocas semanas para echar unas carreras tranquilamente.
Los motivos me los conozco, y de sobras. Quizá el más poderoso sea su extraña mezcla entre simulador y arcade. A Gran Turismo 5 le ha pesado como una losa la cantinela de que como simulador no vale nada. Gran mentira. Con todas las opciones activadas, GT5 es un título exigente como pocos. Vale, si nos ponemos técnicos, Forza le pasa la mano por la cara, pero sinceramente creo que la diferencia es menor de la que nos venden.
Pero si algo me gusta de Gran Turismo 5 es que el juego sigue con vida a pesar de contar ya con un par de añitos. Sigue con vida gracias a los contenidos que poco a poco ha ido colgando Polyphony (muy grande lo de ofrecer Spa como circuito descargable) con el paso de los meses y sigue con vida gracias a un online que ofrece retos más allá de los que venían de serie.
Es ahí donde Gran Turismo 5 sí que puede sacar pecho frente a Forza, muy rígido en sus planteamientos. Repito, cada pocas semanas sé que me voy a encontrar en GT5 un nuevo campeonato online en el que sumar dinero a mansalva para poder comprar cochazos o, simplemente, carreras que me van a retar a utilizar bólidos con los que no estoy acostumbrado a correr.
En tiempos tan polarizados como los que nos toca vivir, con fanboys que se niegan a probar la apuesta del contrario, es difícil encontrar un debate sereno que ponga en una balanza las cualidades de uno y de otro. La conclusión, a fin de cuentas, es que tanto el uno como el otro son grandes títulos, cada uno con sus pequeñas cositas, y en el que posiblemente sobresalga algo más Forza, por qué no admitirlo.
Mi gran esperanza es que a Yamauchi y el equipo de Polyphony les haya quedado grabada a fuego la experiencia de GT5: se pueden acortar los plazos de lanzamiento de un juego para mejorarlo, poco a poco, con el paso de los meses. La última entrega de la saga es un buen ejemplo de ello y un espejo en el que mirarse de cara a Gran Turismo 6.
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