Forza, Drivatar y la inteligencia artificial de nueva generación

Todavía existe un cierto aura de negatividad rodeando a la nueva generación de consolas. PS4 y Xbox One aterrizaron en el mercado y lo primero que llamó la atención en general fueron los aspectos menos positivos: que si el salto gráfico casi no se había notado, que si salen los mismos juegos que antes, que si no existe una evolución… y no era mentira. Hemos tenido que esperar a este año para poder disfrutar de verdaderos portentos de nueva generación, como pueden ser Bloodborne, The Witcher 3 Wild Hunt o Batman Arkham Knight.

Sin embargo, yo noté desde los primeros instantes esos pequeños detallitos que sí que podían denominarse como características de nueva generación. Evidentemente, no eran algo suficiente como para justificar un gasto de 400 euros, pero ahí estaban. La inteligencia artificial fue uno de esos aspectos que llamaron mi atención desde el primer momento, ya que era una de las características que habían sufrido una mayor evolución respecto a la generación anterior.

 

Pero la inteligencia artificial sigue evolucionando y sigue demostrando que todavía nos queda mucho por ver y disfrutar con estas nuevas consolas. Me gustaría detenerme en el próximo Forza Motorsport 6 y sus Drivatar, aunque cualquier otro ejemplo podría servir. El otro día estuve probando el juego con otros compañeros del medio -por aquí las impresiones- mientras que el propio Chris Bishop confirmaba que el simulador volverá a implementar este servicio ya visto en los dos juegos anteriores.

 

 

Para los que aun no sepáis de lo que se trata, Drivatar es un sistema que estudia nuestra manera de jugar y recopila datos e información con un único propósito: crear un doble virtual. Este piloto artificial se comporta de la misma manera que nosotros y tiene los mismos puntos débiles y fuertes. Por poner un ejemplo, si el título averigua que soy un piloto muy agresivo al que se le da mal conducir con lluvia, mi Drivatar tendrá las mismas características. Después, nuestros amigos podrán jugar con este piloto artificial como si fuésemos nosotros mismos, abriendo posibilidades nunca antes vistas.

 

Lo que consigue Forza en este caso es ir dejando atrás esas inteligencias artificiales de juegos de conducción que se comportaban siempre igual, siguiendo una trazada prefijada. Nosotros nos acostumbramos a aquello y llegamos a aceptarlo, pero ahora, gracias a la nueva generación, terminaremos acostumbrándonos también a estas nuevas características. Dentro de unos pocos años, veremos como algo normal y habitual (e incluso imprescindible) que todos los juegos de conducción tengan un sistema similar.

 

 

Es cierto que la nueva generación ha tardado en arrancar y es cierto que el salto no se nota en exceso, pero sería injusto no empezar a darse cuenta de estos pequeños detalles que también hacen evolucionar a los juegos. Hay que tener paciencia, pero este año está demostrando por muchas razones que dar el salto a la nueva generación empieza a justificarse.  

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