Formas y formas de jugar: de consolas y pecés

Como digo en la entradilla, ya hemos hablado mil veces de tolerancia, de disfrutar cada uno lo suyo y de mil cosas más que no vienen al caso ahora. Hoy me gustaría hablar de perfiles, de lo bello y lo triste y de cómo nos adaptamos a las plataformas de juego para sacarles el máximo partido a la experiencia.

 

Home is where your heart is

Tal y como comentaba el otro día, tras más de diez años sin poder jugar a un PC en condiciones me he hecho con un equipo que, si bien no me va a permitir jugar a Witcher III a máxima potencia, sí que me permitirá recordar viejas glorias, meterle caña a los indies y disfrutar sin problemas de mucho de los títulos que, casi sin saberlo, tenía en mi equivalente mental a la wish list de Steam.

 

Pero lo primero es lo primero, y es que menuda sensación más extraña me ha dado al montar el equipo en casa tras, como digo, casi diez años dándole cancha a un portátil que en su momento fue Dios y que hace poco era poco más que la prima fea, la del pueblo, a la que darle un poco de vidilla a cambio de un pico mal dado en los años prontos de la adolescencia. 

 

 

Me gusta tener un PC, no lo voy a negar. Me gusta, y no porque sea superior -que como ya os digo, no lo es- ni porque pueda jugar a más juegos ni porque pueda tener más opciones. Ná. Me gusta tener un PC porque me trae unos recuerdos de la leche de mi tercera etapa como videojugador. 

 

Empecé, como tantos otros de mi generación, jugando arcades y repitiendo la experiencia en cortito y monocromo con mi viejo ordenador Spectrum. Una primera etapa que prontosería superada por la segunda etapa consolera en la que Nintendo, Supernes, Megadrive y Playstation se codeaban con los viejos arcades para hacerme sentir el videojugador más feliz del mundo. 

 

Entre tanta felicidad, sin embargo, estaba el querer un PC en casa. Títulos como Wing Commander, UFO Enemy Unknown, Simon the Sorcerer o Cobra Mission me habían enamorado en casa de mis amigos, pero la falta de presupuesto me obligó a tener que conteratrme con jugar a ellos en segundo plano junto al bocata de jamón y el Colacao que la madre de Narciso siempre nos ponía cuando íbamos a jugar.

 

Con el paso a la facultad pude por fin pillarme un PC, y la maravilla de poder jugar a esos juegos junto a todas las locuras de Lucas Arts y los más modernos Max Payne u Operation Flashpoint no fue casi nada al lado de la sensación de ser tú quien se curraba esas cosas. Porque desengañémonos: las consolas molan, son muy cómodas y hay juegos acojonantes, pero el PC tiene algo más, y es esa sensación de conocer tu máquina, de controlar sus componentes... Algo así como la diferencia entre un superdeportivo de taller y un viejo clásico en el que trabajas día sí, día tambén. 

 

 

Perfiles de videojugador

Y pensando en esto es por lo que he llegado a la siguiente conclusión: Hay tantos perfiles de videojugador como estrellas en el cielo... o bueno, puede que no tantos, pero ya me entendeis: junto al raza maestra que se jacta con tener el megamaquinón que corre todo en 4K a 120 tenemos al que se contenta con rscatar viejas glorias, el que juega en baja sin darle importancia o el que se limita a lo que puede y lo que quiere. Y eso sin entrar en los jugadores de flash online, los que su experiencia lúdica favorita son los minijuegos de facebook, ganar a alguien jugando al mahjong o dar la brasa en las redes sociales para conseguir puntos para el -puto- Candy Crash.

Y eso sólo en ordenadores...

Si entramos en el tereno plataforma, la cosa se pone interesante: Consoleros de última generación que tienen que hacerse con todo en el día cero frente a videojugadores responsables que esperan a que la cosa baje de precio o oleccionistas de reliquias que es ahora cuando se hacen con una play 3 o una 360 para sacarle todo el jugo con los juegos a precios de risa.

 

Y no olvidemos los que tiran de indies con sus pads, los que prefieren disfrutar las demos, lo que se quedaron aislados en una isla comunutaria llamada Disney Infinity, Minecraft o LittleBigPlanet y los que siguen pensando que lo mejor de Microsoft es la televisión. 

 

Y a su lado, casi sin hacer ruido, los usuarios de Tegra, las consolas andorid, los dispositivos móviles y los juegos iOS. Esos videojugadores que han conseguido conectar con una forma moderna que al jugador clásico no acaba de convencer y que son puente de unión entre los sobremesa y los avispados usuarios de consolas portátiles, otro perfil de motu propio bien diferenciado entre los tresdeseros y los amantes de la pura vita. 

 

Oh, y que no se me olvide, ¿Qué me decís de los usuarios de WiiU? Afortunados adquirientes de una plataforma en la que sigue primando el juego por el juego y que, seguro, tienen algo con lo que completar la experiencia. 

 

Gran vida, tete

A lo que voy es que mola la gran cantidad de posibilidades que ofrece el mercado, y que seguramente algún día os pase como a mí y descubráis que, al volver a un sistema que años ha se os quedó viejo, sois capaces de encarnar varios perfiles de videojugador. 

 

 

Lo que es yo, sigo disfrutando igul de mi PS4 y mi móvil para las reseñas, me encanta sentarme delante de mi vieja maca -una GreenGold restaurada con circuitería y cableado original jamma-  y jugar a clásicos ochenteros con la peque. Y ahora, desde la semana pasada, flipo jugando a todo aquello que no pude disfrutar antes en Andru, mi nuevo PC. 

 

¿En resumen? Hay que probar cosas nuevas y violver a cosas viejas, explorar nuevos horizontes y disfrutar de todas las plataformas posibles, porque no somos un sólo perfil, sino que somos videojugadores, y cuanto más podamos abarcar, más completas serán las experiencias. 

 

¡Nos leemos!

<< Anterior Siguiente >>