Florence es una experiencia preciosa por solo 3€

Los juegos de móviles por lo general suelen estar muy minusvalorados en la industria de los videojuegos, y eso que mueven una cantidad de dinero realmente monumental. Prácticas como los micropagos, el pay-to-win o el hecho de que no puedas avanzar de forma natural si no es desembolsando, a veces una cantidad muy superior de lo que tenías estimado pagar, hacen que por los general los juegos de móviles no protagonicen los análisis o las opiniones de los mastermind de este mundillo.

 

 

 

 

Pero Florence se merece un pequeño sitio en el podio. Como lectora de cómics que soy y apasionada de las visual novels, lo primero que me atrajo de Florence fue su estilo estético y las buenas valoraciones que estaba recibiendo. Además, me obligaba a pagar por jugarlo, lo cual para mí siempre es un buen indicador de que no me andarán persiguiendo para que compre el “pack especial avanza rápido”. Un minuto después me recosté en la cama como hago cuando voy a leerme un cómic especialmente bueno y me introduje en esta maravilla con tintes de slice of life europeo con la estética cute y preciosista de los coreanos.

 

 

 

 

Qué nos cuenta Florence

 

 

Florence Yeoh se encuentra en un momento de su vida en el que muchos podrán identificarse: tiene un trabajo que odia soberanamente, su madre le da la tabarra para que haga algo con su vida de muy malas maneras y no encuentra ninguna motivación para levantarse por la mañana. Y de pronto, un día, caminando por la calle, conoce por accidente a un joven que adora tocar el violonchelo y se enamoran.

 

 

 

 

Florence nos narra de una forma dulce y sin grandilocuencias cómo empieza este amor, cargado de esperanzas y sueños y cómo va progresando hasta una mutua ruptura. Y todo ello acompañado de un estilo artístico capaz de ponerte los pelos de punta.

 

 

Cómo nos lo cuenta

 

 

Lo precioso de Florence es el hecho de que no tiene grandes aspiraciones ni una ambición desmedida por ser significativo, y sin embargo consigue ser simplemente mágico a varios niveles, no solo el artístico (que es el que me enamoró a mí).

 

 

 

 

Los desarrolladores son Annapurna Interactive, el estudio encargado de Donut County, The Artful Escape y The Pathless. Por su bagaje, ya sabemos que en Annapurna Interactive buscan otra forma de contar las historias: ya sea mediante el egoísmo congénito de un mapache cretino, como por un agujero negro que absorbe todo lo que pilla. En ese sentido, Florence no se queda atrás en absoluto.

 

 

Su estilo visual de animación en 2D recuerda al estilo de Tillie Walden en Piruetas: un dibujo en trazados simples, por lo general con una paleta plana y al que se le nota que le han puesto mucho mucho cariño. La animación es bastante limitada, pero cuenta con los suficientes frames para que se vea fluida en todo momento.

 

 

 

 

Esto, sumado al estilo visual y la forma de plasmar las viñetas en todo momento, hace que la experiencia se parezca más a leer un precioso cómic interactivo que a jugar a una visual novel.

 

 

La historia se divide en diferentes capítulos, cada uno con una estructura y mecánicas sencillas pero encantadoras capaces de transmitirte sentimientos. El simple hecho de hacer que el cepillo de dientes dentro de la boca de Florence se mueva de derecha a izquierda, gracias al retardo en la animación que han creado, provoca exactamente la sensación de rutina que esperan transmitirte.

 

 

 

 

Cada una de las mecánicas va mejorándose a sí misma en cada capítulo, cambiando para que seamos capaces de comprender la ilusión de Florence al volver a pintar o encontrar un motivante en su vida. Cuando habla con Krish (el violonchelista), al principio, debes hacer encajar las piezas de un puzzle como cuando al empezar una relación intentas decir siempre lo apropiado en cada ocasión. Cuando Florence pinta, has de revelar poco a poco el estilo de sus obras pasando el dedo por encima de la pantalla y este va evolucionando a lo largo que avanzamos en el juego, introduciendo color, matices y sombras.

 

 

De esta forma, las mecánicas se convierten en una preciosa metáfora de cómo Krish y Florence van ganando confianza, cómo su relación crece y se fortalece y cómo poco a poco van perdiendo la capacidad de entenderse los unos a los otros.

 

 

 

 

Ya no solamente se trata de los precioso que es visualmente, sino que su composición musical es también extremadamente buena. Al estilo de los compositores de películas de anime, el tema se repite con diferentes instrumentos en función del personaje que sea protagonista. Florence es un ligero piano en tonos agudos, mientras que Krish se compone de la dureza del violonchelo. Cuando todo va bien en su relación, ambos instrumentos se fusionan para crear una melodía preciosa mientras que conforme pierden la capacidad de comunicarse, suenan con tonos cada vez más potentes y separados.

 

 

Venga, abrevia ¿merece la pena?

 

 

 

 

¿Que si merece la pena por 3€? Sí, definitivamente sí. Florence es un poema en el interior de tu móvil, una experiencia preciosa e intimista capaz de tocar tu corazón, una pequeña apuesta que hace que los juegos de móviles se vean de nuevo capaces de emocionarte y de hacerte recordar cosas que no sabías que tenías dentro de ti.

 

 

Su única pega es su duración: aproximadamente en 30 minutos puedes acabártelo.

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