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FFXV: La importancia de los diálogos integrados

Otra de esas cosinas que le dan calidad al juego
Por Rafa del Río

Muchos lo esperaban... Qué narices, incluso un renegado de la saga como yo, lo esperaba. La Tokyo Game Show ha traido, al fin, un nuevo vídeo del esperadísimo Final Fantasy XV. No sabemos cuánto es gameplay ni cuánto es cinemática, y habría que ser muy pardillo para creerse la sensación de libertad y mundo abierto que da el juego hasta que no nos la den firmada, por escrito y con el sello del notario; pero dejando los hypes a un lado, ha habido algo que me ha llamado mucho la atención de éste nuevo capítulo de la saga, una pregunta que empecé a hacerme casi desde el principio del vídeo ¿Es que los niñatos del coche no van a cerrar la boca en todo el juego?

 

La verdad, espero que no, porque aunque no me vaya mucho ese rollo campanero que lleva Square Enix desde que fundieron las dos 'Es' de las compañías, el video me ha gustado. Me ha encantado, y lo ha hecho por ese sentimiento de cotidianeidad que respiran sus diálogos y sus lenguajes, tanto verbales como físicos, a lo largo de los dos minutos y medio de metraje.  

 

 

El guión es importante

Y parece que poco a poco las compañías lo están comprendiendo. Recuerdo que una de las grandezas que alabé en su día de Grandia o Phantasy Star 4 fue precisamente eso, la cotidianeidad de sus diálogos. Lo vulgar de situaciones que te hacían sentir cerca de los personajes, y chorradas como las discusiones entre los personajes y los piques personales le daban un encanto difícil de superar. 

 

Muchos años después, la costumbre de los diálogos integrados mejoró muchos enteros, y mientras en algunos títulos los personajes hacían sus comentarios al vacío, estuvieras o no presente -ejem, RE5-, otros mimaban estos aspectos dándole una mayor profundidad a la experiencia. Oh, sí, Max Payne era un experto en comentar las cosas musitando para sí mismo, pero Nathan Drake llevó eso a otro nivel con un lenguaje corporal increíble y unas conversaciones y enfoques muy conseguidos. Es posible que en ocasiones la chati de turno se pusiera especialmente pesada con que 'eh, Nathan, qué haces? ¡Es por aquí!', pero la semilla estaba plantada, y The Last of Us supo aprovecharla y llevarla mucho más allá. 

 

Hay juegos que se salvan, en ocasiones, tan sólo por esos diálogos que hacen de la situación algo cercano. Never Dead y la tensión sexual no resuelta entre sus protagonistas, The Last of Us, Bioshock Infinite...  Hay muchos títulos que investigan y dan un par de pasos en un campo en el que aún queda mucho por mejorar, pero que parece estar avanzando. 

 

 

Y ahora llega Final Fantasy XV...

...Y parece que vamos a tener mucho que escuchar y comprender al enfrentarnos a él. No voy a entrar en las mecánicas, el sistema, el tiempo que llevamos esperando ni en que me da miedo el sistema de combate. Ná, lo único que me interesa hoy es que he visto mucho diálogo, y que parece que aunque FFXV no va a ser online, tampoco vamos a sentirnos solos mientras jugamos

 

Ahora sólo queda rezar por que los diálogos estén realmente bien integrados y no pase como en Mafia 2 o Uncharted, que un mal movimiento a mitad de frase nos deje con el diálogo a medias, o que una frase se repita una y otra vez mientras buscamos objetos y nuestro compañero no deja de llamarnos, lo que no deja de ser frustrante.

 

Sea como sea, parece que todo esto de la next gen no va sólo de gráficos y de conseguir las ansiadas 1080/60 que se quedan desfasadas en cuestión de meses. Buenas gráficas, sí, pero también mundos abiertos, mayor interacción y un pulido en los detalles que, como es el caso de los diálogos integrados, puede hacer mucho por la industria. Supongo que podéis acusarme de ser una víctima del hype, pero lo importante aquí no es decir 'eh, mira qué chulos los diálogos de Final Fantasy XV'. Ná. Lo importante es más bien un 'eh, fíjate, los tipos de Square Enix han hecho otro trailer de FFXV y están decididos a que nos quede claro que han cuidado los diálogos'. Sólo con eso, ya se demuestra que la industria ha dado otro pequeño paso.

 

¡Nos leemos! 


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