1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. SWITCH

Feudal Alloy es un correcto metroidvania que no le saca todo el jugo a su pecera

Robotos con pecera por cabeza. Prometía
Por Adrián Suárez Mouriño

Realizar a día de hoy un metroidvania o, simplemente, un juego de acción en 2D y destacar resulta muy difícil. Ahora mismo copan el mercado videojuegos como Hollow Knight o Dead Cells, dos titanes, cada uno con su sobresaliente propuesta en este campo. Digo esto porque Feudal Alloy aspira a hacerse un hueco en este género, y aunque el título sea solvente, compacto y funcione bien, ha tenido la mala suerte de aparecer con estos dos referentes muy acomodados en su pedestal.

 

Acudí a Feudal Alloy porque me esperaba una propuesta fresca dentro de esta fórmula, ¿y cómo no esperarlo? El protagonista invita a ello. Controlamos a un robot que en lugar de cabeza tiene una pecera y que vive en un mundo de ambientación medieval; eso es la definición gráfica de frescura, ¿no? Cuando vi los primeros trailers me lancé de cabeza a él. Feudal Alloy es un título agradable que sigue a rajatabla el A-B-C del género: caminamos por escenarios laberínticos que al final se entrelazan, tenemos que hacer backtracking cuando obtenemos una nueva habilidad, mejoramos nuestro armamento y capacidades, derrotamos a jefes y seguimos hasta el final. Hasta ahí muy bien, pero, ¿qué lo hace único? Ese es el problema.

 

 

La gran virtud de Feudal Alloy es que aporta algo ingenioso a su jugabilidad. Como robot que somos, podemos sobrecalentarnos. Esto representa la stamina a emplear para ejecutar nuestras acciones de combate. Lo interesante es que podemos tomar congelante que nos enfría, por lo que podemos dar mandobles a diestro y siniestro a esta temperatura sin miedo a explotar, pero también pasaremos por escenarios tan calientes que no podemos dar ni un golpe, o nos haríamos añicos definitivamente. Esa vinculación entre terreno de juego y protagonista está muy bien pensada y le otorga un carácter único a nuestro personaje.

 

Esto conecta también muy bien con todos los chips y gadgets que nos equipamos, y que representan la evolución de nuestro héroe también con acierto. Pero estos dos pequeños triunfos no consiguen que estemos ante un hito del género, sino en un correcto representante más con algunas buenas ideas que no están del todo bien desarrolladas. Falla en que las situaciones a las que nos enfrentemos rápidamente se hacen repetitivas, los enemigos no están posicionados para ofrecer retos frescos y las dinámicas de los bosses no estimulan. La música y el diseño de escenarios tampoco ayudan, se repiten y acaban favoreciendo la sensación de monotonía o de ya jugado en otros títulos.

 

Pero el gran problema de Feudal Alloy es lo poco explotado que está en la construcción de su mundo el hecho de que llevemos a un robot con una pecera por cabeza, tanto por tono como por estética. Esa es la gran pena.

 

Sin embargo, no os penséis que todo lo que hace Feudal Alloy está mal; al contrario. Es un videojuego que reproduce muy bien los estándares de su género, sabe conectar bien los remates de una ruta con sus comienzos. Una vez que nos sumergimos a fondo en su universo, sabe entregarnos un combate satisfactorio… pero le falta esa chispa para brillar. Al final, Feudal Alloy se queda con un metroidvania correcto al que jugar cuando hayáis agotado los grandes referentes del género y queráis más, pero le falta pegada.


<< Anterior Siguiente >>