F1 Race Stars, incomprendido aire fresco para el género de Karts
F1 Race Stars no funcionó en su momento. Revisando el juego gracias a su versión de WiiU, recién estrenada en el mercado digital de la máquina de Nintendo, entiendo alguno de los motivos para su fracaso, pero por otra parte, no comprendo cómo tantos pudieron estar tan ciegos cuando lanzaron sus opiniones. Hartos unos y otros de exclamar en la red de redes nuestros cantos de libertad y las muchas ganas que tenemos de jugar a cosas nuevas, el equipo de Codemasters lo intenta con buenas ideas y mejor ejecución, y se acabó encontrando con un portazo en las narices.
La carcasa del juego puede llevar a la equivocación: tiene toda la cara de ser uno de esos productos tontos para promocionar la competición deportiva de turno, de bajísimo presupuesto y con menos ideas detrás. Error: alejado del régimen impuesto desde siempre por Mario Kart, los británicos intentaron desmarcarse y mostrar una velocidad paródica muy alejada del espectro y las garras de los de Iwata. Con estupendos resultados, por cierto. ¿Y qué duda cabe de que el género jamás se apartó ni pretendió hacerlo de esos estándares que añadió el referente y del que nunca jamás se salió?
Sin derrapes, pero manteniendo elementos de la familia de Mario como los ítems o atajos, pero añadiendo una concepción del sistema de KERS muy interesante (para entendernos, un acelerón que se usa en las carreras de Fórmula 1 reales) y la recreación de boxes y daños que no solemos ver en otros juegos de la presente índole. Además de ello, no hay que olvidar elementos como los escenarios o la música: hacía años que no escuchábamos y veíamos algo tan desenfadado en el presente estilo de juego.
La caracterización de los pilotos y los coches, a poco que te guste la competición, sabrás verle su encanto. Hay un trabajo y una preparación detrás que no muchos supieron detectarle. Y es una lástima que la obra se haya acabado viendo relegada a la nada, a ser un mero refrito para WiiU y ser carne de Plus antes de lo esperado. Me parece una desgracia para la industria que nos presentemos como paladines de originalidad, y que cuando alguien se salta el canon vayamos con antorchas a prenderle fuego y hacerle desaparecer.
Podría haber sido más gracioso, podría haber puesto más gracia en las recompensas y en el reto en sí que supone jugarlo, pero a la hora de la verdad, no es que Mario Kart ofrezca mucho más en esos campos. Un entretenimiento diferente mientras esperas la llegada de la octava delicia nintendera para la presente primavera.
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