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Expansión de oportunidades: del legado de RPG Maker a Dreams

La evolución de un "protogénero"
Por Brenda Giacconi

Es muy probable que muchos de nosotros, en nuestro inicial descubrimiento y subsiguiente amor cada vez más grande por los videojuegos, hayamos experimentado un periodo en el que estábamos determinados a dedicarnos a este medio. Estos inocentes pensamientos surgían previamente a la generación de nuevos intereses por otros campos laborales o antes de darnos cuenta de lo difícil que es comprender los diferentes lenguajes técnicos que se utilizan en el desarrollo de dichas obras. Pero el sueño estaba ahí, y, aunque pasamos por ese momento de inflexión en el que dimos media vuelta y nos centramos en otra cosa, muchos pudimos disfrutar de una primera muestra de esta actividad con un programa bastante conocido: RPG Maker.

 

Una plataforma que ayudaba a plasmar en la pantalla nuestras primeras aventuras imaginarias (aunque, admitámoslo, creo que poca gente realmente terminó su propio juego ahí) y que nos enseñaba retazos de lo que sería el verdadero mundo de la programación, pero con controles mucho más intuitivos para un mayor entendimiento de la totalidad del programa. Tan solo un paisaje vacío en el que poder situar árboles, ríos, casas, poblados y castillos, así como elementos sorpresa para la partida, siguiendo un sencillo sistema de colocación a través de cuadrados gruesos y diseños que nos proporcionaba el mismo RPG Maker. Una aplicación sencilla que daba alas a nuestras ideas.

 

RPG Maker programa

 

Desarrollo de un “protogénero”


RPG Maker se ha presentado en la infancia de muchos jugadores debido a su longevidad: se lanzó a finales de los años 80 en Japón con el nombre de RPG Maker 95. Su popularidad fue mundial, ya que se podían crear videojuegos imitando el diseño artístico que se veía en los primeros Pokémon o Final Fantasy, pero con la maravillosa oportunidad de dar vida a nuestras propias historias fantásticas. A lo largo del tiempo, se sacaron al mercado hasta 7 actualizaciones más de esta plataforma, cada una con actualizaciones y modernidades según el avance tecnológico de este mismo género, pero sin perder su esencia pixelada y de vista cenital.

 

Tal horizonte de posibilidades era lo suficientemente atractivo como para indagar más allá de sus fronteras digitales, dando como resultado la evolución de un nuevo "protogénero" de videojuegos: la creación de los mismos. Esto se convirtió en una experimentación que sigue sucediendo a día de hoy, pues hace nada se estrenó en Steam RPG PAPER MAKER que, como su nombre indica, coge la estética más característica de las dos tipologías de videojuegos y las combina para dar mucha más personalidad a la aplicación. De este modo, es innegable que, aunque actualmente tengamos a nuestro alcance títulos Triple A que cuentan con años de desarrollo y la coordinación de varios equipos de trabajadores, seguimos con ganas de crear nuestra propia obra aunque sea con una herramienta de diseño simple.

 

Pero el mismo género de la creación de videojuegos (si es que puede ser un género propio) ha dado un salto gigantesco con lo último de Media Molecule: Dreams. Una entrega de PlayStation 4 que nos proporciona muchísimas más posibilidades que los RPG Maker, pues sirve como motor de creación de todo tipo de aventuras: shooters, plataformas, conversacionales, musicales… A esto se le suma una mayor personalización, ya que añade opciones como esculpir elementos o construir edificaciones, a través de un control intuitivo, aunque complicado al principio. Es el programa más avanzado de su estilo, lo que permite combinaciones de elementos únicas y, por supuesto, un desarrollo muy exhaustivo de las aventuras que tenemos en nuestra cabeza.

 

Ejemplo shooter en Dreams

 

La comunidad como piedra angular


Evidentemente, estas herramientas son inútiles si no hay una mente pensante (y mucha paciencia) detrás dispuesta a trasladar sus mejores ideas al mundo virtual, ya sea en formato RPG o con cualquiera de los que ofrece Dreams. Y, como apoyo digital a esta fuerza de voluntad, cada plataforma cuenta con creadores que, con un interés propio, se dedican a hacer mil fabricaciones con tal de expandir su conocimiento a través de internet.

 

En el ámbito de RPG Maker, siempre han existido foros con páginas infinitas sobre sprites, bocetos y explicaciones cedidas por personas bondadosas que buscan echar una mano a los usuarios más perdidos con el tema. En Dreams, conociendo el poder de la comunidad, se ha creado una especie de red social interna en la que los jugadores pueden compartir sus diseños y “sueños” (el término con el que se denominan a los juegos creados en Dreams), siendo posible saltar de obra en obra según nos llamen la atención. Además, y como sucede con los foros de RPG Maker, hay miles de elementos de ayuda a los primerizos, así como plantillas estructurales sobre un género concreto para que se pueda trabajar encima de éstas sin tener que crear la jugabilidad desde cero.

 

En definitiva, y aunque estas plataformas no tienen nada que ver con el desarrollo real de videojuegos, son una manera fácil y entretenida de trastear dando unos primeros pasos muy pequeños en este mundillo. Y probablemente para muchos no haya sido más que un periodo divertido de nuestra vida en el que nos pasábamos algunas tardes creando el supuesto juego perfecto (o, al menos, para nosotros). Pero viendo todo lo que ha avanzado este tema, y siendo ahora posible la fabricación de obras bastante detalladas, no dudo en que muchos volveríamos a caer en estas redes si regresáramos a RPG Maker o probáramos Dreams. En todo caso, la imaginación, sobre todo si llevamos años consumiendo videojuegos, es imparable.


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