El segundo episodio de Life is Strange Before the Storm ha conseguido conmoverme
Life is Strange: Before the Storm lo ha conseguido conmigo. El primer episodio ya consiguió sorprenderme y convencerme, pero con este segundo (disponible desde hoy mismo) ya me han ganado del todo. Me parece uno de los juegos más conmovedores que he jugado en todo el año, a pesar de que otra vez sigue apoyándose en problemas y relaciones humanas bastante mundanas. Chloe, sobre todo en las escenas junto a Rachel, está consiguiendo que no eche nada de menos a Max, protagonista del título original.
Quizás sea por eso mismo, por la personalidad de Chloe y su fragilidad emocional, mucho más palpable. Se trata de una persona fuerte por fuera pero débil por dentro, debido a sus problemas. Su coraza sufre de vez en cuando, y somos nosotros los que, con nuestras decisiones, provocamos que sus grietas se pronuncien más o menos, dejándose ver, pero sin influir en realidad en su manera de pensar. Pero no es el único personaje fascinante de Life is Strange: Before the Storm, ya que este segundo capítulo, precisamente, es una sucesión de estupendos encuentros con personajes interesantes donde Chloe puede formar parte. La sensación es que tomamos decisiones pequeñas, que no van a afectar a la trama en su línea más gruesa, pero que sí hacen tambalear el bienestar de los demás. Y es genial que un título que es una precuela, donde supuestamente ya conocemos su desenlace, ofrezca esta oportunidad y la sintamos como tal.
Life is Strange: Before the Storm, al igual que el primero, es un ejercicio de sensibilización. De empatizar con Chloe, Rachel y los demás personajes. De comprender que esas situaciones son cotidianas y nosotros mismos podríamos enfrentarnos a ellas (igual ya lo hemos hecho en nuestra vida, incluso). No formamos la personalidad y vida de Chloe, pero sí reforzamos algunos de sus puntos de vista si estamos de acuerdo con ellos.
Cabe destacar el increíble trabajo de ritmo que ha impregnado el equipo de Deck Nine en esta obra. Momentos cotidianos, tranquilos, de conversación e incluso de puzles se van compaginando con maestría ante escenas poderosas y tremendamente emocionales. Mención aparte tiene la soberbia utilización de la música. Este segundo episodio, de hecho, nos deja con dos o tres e secuencias en las que es totalmente imposible no emocionarse si la historia consigue atraparte. Chloe, mucho más que en el primer episodio, se abre y comparte con nosotros mismos, no solo con el resto de personajes, su forma de ver la vida y de afrontar los problemas.
No sé vosotros, pero Life is Strange: Before the Storm me ha sacudido como esa tormenta de fondo del juego original. Ahora mismo, de hecho, siento lástima de que este ejercicio vaya a quedarse únicamente en un tercer y último episodio que veremos más adelante, porque siento que la historia y personalidad de Chloe podrían explotarse mucho más. Si no habéis jugado todavía al segundo episodio, corred a hacerlo. Y si todavía tenéis dudas sobre si esta precuela merece la pena y confíais en mis palabras, no creo que os arrepintáis de dar este paso junto a Chloe y caminar a su lado en esta aventura, que no deja de ser su propia vida.
<< Anterior Siguiente >>