El retraso de Red Dead Redemption 2 y su nueva fecha de lanzamiento
Se veía venir. Mis compañeros ya me había advertido y, como siempre digo en el podcast, al final siempre soy el más opti-pringado-mista de la redacción: Red Dead Redemptions 2 se retrasa a primavera de 2018 y abandona la prometedora fecha de finales de 2017 cediendo el trono de Juego del Año -GoTY, si lo preferís-, a cualquiera de los muchos titulazos que han salido y aún quedan por salir en este glorioso 2017.
Rockstar no se ha complicado demasiado con el comunicado, total, nunca lo hace: frases sencillas, educación, la elegancia del 'lamentamos la espera' y ese toque de compañía gorda al final, de creativos por encima de todo, que se traduce en la frase 'creemos que un juego no debe salir al mercado hasta estar completo'. Una frase que comparte con otras compañías como Bethesda, Square Enix o Ubi y que, como pasa en todos los mundos abiertos que no se llaman Hyrule, hace la vista gorda con los bugs que luego encontraremos en el juego una vez esté 'completo'.
Pero es ley de vida
El mundo de la informática es así: Puedes ponerte unos vaqueros y una camiseta y estar guapete sin sorprender a nadie, o vestir un traje espectacular que brille como las estrellas pero que sea tan fino que tengas que hacer las puntadas con cinta adhesiva. El truco, al final, es que la cinta aguante, el brillo de las estrellas enamore, y mientras el público mira hacia otro lado, vayas lanzando parches de cinta adhesiva que mantengan las mangas en su sitio y logren que el efecto perdure.
En esta ocasión, sin embargo, parece que la cinta adhesiva no daba para más, el velcro les salía basto, y en Rockstar han tenido que decidir ese retraso que, afortunadamente, ya no hace tanto daño como hace un tiempo y que ahora sí estamos dispuestos a comprender e incluso apoyar siempre y cuando sea a cambio de que el juego salga 'lo mejor posible'.
Red Dead Redemption 2 tiene una meta complicada
Rockstar se enfrenta a una meta complicada, superar no sólo a la competencia de nuevos mundos abiertos como el Horizon: Zero Dawn, Ghost recon Wildlands o The Legend of Zelda: Breath of the Wild, sino también a sus propios títulos con un Red Dead Redemption que jugó la baza de la sorpresa y logró enamorarnos con unas mecánicas novedosas y originales que ya son pan nuestro de cada día, y un GTA V que demostró un mundo vivo, una historia tremendamente sólida y un Online que sigue siendo de lo mejor de la red.
Red Dead Redemption 2 tiene que ganar a todos, y tiene que hacerlo por goleada. Una Rockstar que dedica años a un sólo juego no puede permitirse volver a cometer un GTA IV, del que se libró al final y por los pelos gracias a su potencia gráfica y a un Gay Tony cuya balada sentó muchos de los precedentes de lo que luego sería GTA V. Red Dead Redemption 2 merece un personaje a la altura de Joh Marston, un nuevo Tommy Vercetti del oeste con ese tono que sólo Rockstar sabe dar a sus juegos.
Y esto es sólo el principio: tras ese primer Red Dead Redemption que sigue oliendo a juegazo, con ocho años entre título y título y toda una generación que ha venido con sus 2.0 en forma de PS4 pro y Xbox Scorpio, lo nuevo de Rockstar tiene que saber demostrar que ha aprovechado este tiempo y sigue siendo capaz de adelantarse casi una década entera a la competencia. Si esto se traduce en un retraso de tres meses y el juego se va a marzo de 2018, culminando el año fiscal 2017, bendito sea, aunque por lo que parece será después del uno de abril de 2018, pero qué demonios, vale siempre que el retraso merezca la pena. Por Dios, necesito que Rockstar vuelva a hacerlo y ayude a que 2018 esté a la altura de este 2017 que, incluso perdiendo a su mayor promesa, va a seguir siendo un año de juegazos a recordar.
¡Nos leemos!
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